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Museo Vivo por las calles del Abasto: “Con el trabajo de vecinos y organizaciones el barrio está latiendo”

Recorrido cultural por sitios emblemáticos.

Este sábado a la tarde, se celebró la nueva edición del Museo Vivo por las calles del Abasto, una visita cultural a sitios históricos del barrio con música, teatro comunitario, performances, propuestas lúdicas. Participaron más de 150 personas. Es una actividad hecha por vecinos desde 2015 de forma autogestiva, en el marco de La Noche de los Museos.

Una treintena de vecinos de distintas entidades colaboraron en la organización: Casona Cultural Humahuaca, Proteger Abasto, Comuna Gardel, Parque de la Estación, Patrimonio Almagro Boedo, Banco Credicoop sucursal Abasto.

El lugar de encuentro fue el frente de la Casona, en Humahuaca y Bustamante. Había sillas sobre la vereda y en un carril de la calle. Se montó una exposición de fotos con edificios históricos, a cargo de Proteger Abasto. Había un altar por el Día de los Muertos con ofrendas,  luces, flores de papel y fotos de Carlos Gardel, Luca Prodan, Paulo Freire, Tita Merello, ente otras personalidades emblemáticas.

Antes de dar las siete de la tarde, ya había un nutrido grupo de personas listas para hacer el recorrido, que inició con unas palabras de Guille Castañeda, referente de la Casona y del Museo Vivo: “Los fantasmas del Abasto se congregan esta tarde, salen todos juntos a darnos la bienvenida”. Mientras, los organizadores repartían a los presentes un mapa con las 12 postas del Museo Vivo. Al visitar cada una se repartía una estampilla, estilo álbum de figuritas. Es una tradición de esta propuesta cultural y comunitaria.

“Los que hacemos esto somos vecinos que no queremos que se pierda el espíritu del Abasto. Son muchas las organizaciones y ciudadanos a quienes les llegó la historia de este barrio como relato o leyenda”, dijo Guille.

Luego, la atención estuvo sobre varios vecinos actores que estaban vestidos con ropas antiguas (percal, mantillas, vestidos floreados). También había una persona ataviada como un religioso judío y se veía a jóvenes con ropas que estaban de moda en los años ochenta. Expresan la diversidad cultural y social que hay en esta zona a lo largo de la historia. Leyeron un texto compartido donde hablaron del Abasto como “la Babel de las idiosincrasias”, el barrio que “no dormía”, dónde la comida y la cultura marcaban el ritmo de trabajadores, vecinos, artistas.

Después el coro Voces Paganas cantó en honor al Morocho del Abasto: “Tengo un candombe para Gardel / Lindos recuerdo yo tengo de él / y hablo de un tiempo / que fue muy gris / solo su voz me ponía feliz”.

Con el grupo de candombe de la Casona sonando de fondo, el público invocó un “permiso al empedrado” para arrancar el recorrido. Una vecina actriz con un manto negro lo interpretó y dijo: “Les invito a que miren abajo. Saben la de historias que pisan, podríamos hacer un libro, una película. Encierro montones de historias”. Entre varias anécdotas de carretas anegadas y centinelas del barro, mencionó que muchos esclavos fueron sometidos a picar granito para hacer los bloques.

Así empezó la caravana de vecinos, artistas y entidades del barrio. Anduvieron por la calle Humahuaca hacia Gallo al ritmo del tambor y con pancartas del Museo Vivo.

En la esquina detuvieron la marcha y Guille pronunció: “Ahora vamos a 1983. En el país empezaba la democracia y este barrio estaba lleno de tomates podridos, empezaba a cerrar el Mercado de Abasto Proveedor. Este territorio se llena de artistas alternativos, entre ellos estaba Luca Prodan, un italiano que vivió en Escocia. Acá vivió (hay una placa alusiva en el edificio de Gallo 492) y en el Bar El Destino, en la misma esquina, compuso, entre otras, Mañana en el Abasto”. Para celebrarlo, la caravana cantó este himno al barrio y a una época dura para la zona: “Hombre sentado ahí, con su botella de Resero, los bares tristes y vacíos ya, por la clausura del Abasto”. También cantaron “La rubia tarada” para poner más alegría.

Cruzaron la cuadra y dieron con el grupo de vecinos por el Parque de la Estación, de Gallo y Perón. Realizaron una performarce para dar cuenta de los pocos metros cuadrados de verde por habitante que hay en los barrios de Balvanera, San Cristóbal (Comuna 3), Almagro y Boedo (Comuna 5). Lo hicieron de forma didáctica con cuadrados de cartulina y los contrapusieron a un paño extenso que simboliza lo recomendado por entidades internacionales de salud. “El del Parque es un proyecto colectivo. Empezó en el 2000 y se logró gracias a una ley (N° 5.734 de 2016). El parque abrió la primavera pasada y ahora somos los vecinos los que nos reunimos para organizar y hacer actividades. Nuestra lucha es por tener más y mejores espacios verdes, mejor calidad de vida”, dijeron.

La próxima posta fue a mitad de cuadra, dónde está el mural hecho por el Taller Casonero de Mural Comunitario (Ta.Ca.Mu.Co). Es una idea colectiva sobre el entorno del Abasto y sus personalidades emblemáticas. Fue tapa de nuestra edición gráfica en julio de 2018.

La caravana fue hasta la esquina del hipermercado de Agüero y Guardia Vieja para hablar sobre la historia del Mercado de Abasto. Este segmento estuvo a cargo de Patrimonio Almagro Boedo y Proteger Abasto. Una vecina actriz interpretó, con guitarras de Malbec Tango, la canción “Se dice de mí”, de Tita Merello, figura de la película Mercado de Abasto (1955).

Tita y el mercado de antaño fueron disparadores para pensar las “huellas del pasado que hay en el presente”. Hablaron de la estructura del primer mercado, de hierro en 1890, y el mercado nuevo de la década de 1930, que era vanguardia para la época. Mencionaron como tercera estructura la hecha en 1998 para dar lugar al actual shopping.

Después cruzaron hasta la escalinata del centro comercial. Allí hubo una intervención del grupo de Teatro del Oprimido de la Casona. Varios personajes, mediante la pantomima, expusieron la explotación de la clase obrera: unos funcionarios públicos hacían brincar en la cuerda a operarios, docentes, enfermeras con una intensidad creciente. La obra termino con un grito “Epa” de rebelión, entonado por personajes y vecinos, contra la represión institucional. Un montón de gente que salía del centro comercial se enganchó y se quedó mirando, también los repartidores que suelen estar en los alrededores.

Con los tambores candomberos adelante, la marcha siguió hasta el Banco Credicoop de Corrientes y Agüero, dónde se contó la historia de los trabajadores del Mercado del Abasto, que crearon la sociedad de ahorro postal, antecesora del banco cooperativo, que en 2019 cumple 40 años. Hicieron una representación de cómo eran los depósitos en aquella época, con el dinero en efectivo de cada jornada laboral. La actividad en esta posta estuvo a cargo de la comisión de asociados del banco. Es una entidad presente en iniciativas sociales y culturales de la zona.

Al dar media vuelta, la caravana llegó a la esquina de Humahuaca y Agüero. Hoy está emplazado el restaurante peruano Lung Fung (parte del proyecto del corredor peruano del Abasto) y antaño alojó al mítico bar o fonda O’Rondeman. Se dice que allí Carlos Gardel cantó por primera vez, cuando tenía 11 años. La leyenda dice que el Zorzal pedía que no cierren las persianas, porque quería cantar para todo el barrio, incluso para aquellos que no pudieran pagar por ello. Vale recordar que hubo una banda de rock con este nombre, a la que entrevistamos en nuestra edición gráfica de 2012.

Unos vecinos actores dramatizaron una lucha entre un uruguayo y un francés por el origen de Gardel. “Gardel es del Abasto”, remataron en gesto de diplomacia y cantaron “El día que me quieras” con el acompañamiento de la caravana.

Después, los organizadores del Museo Vivo repartieron carteles con siluetas de gallos y marcharon por Humahuaca para recrear las riñas clandestinas que, dicen, se hacían antaño al fondo de un bar con complicidad del comisario de la zona. A ambos lados de Humahuaca y Gallo se pusieron dos grupos de la caravana con las siluetas, naranjas y azules. Los equipos terminaron a los abrazos para resignificar “lo comunitario, encontrarse con el otro”.

La anteúltima posta fue en la Reina Kunti, un restaurante de comida india, emblemático de la zona. Está a cargo de Patricia, vecina desde 1987. Contó que venía de la zona del Spinetto, al sur de Balvanera. “Cuando llegué, el Mercado estaba cerrado, era un gigante encadenado. Se malvendieron tierras del barrio y se lo estigmatizó, los taxis no entraban más allá de Corrientes”. Recordó los nombres de las familias y las casas que había antes de la construcción de nuevos edificios de altura. “Conocí la filosofía hindú y por eso abrí este restaurante. Me gustaron los sentidos y los sabores de esta gastronomía, junto a su filosofía”. Sobre el Abasto, sumó: “Eso que habíamos venido a buscar empezó a florecer con la apertura más adelante de bares, galerías. Somos los hijos del Abasto. Fue una sorpresa ver al barrio lleno de música, sabores, cultura, sobrepuesto al cierre del antiguo mercado”.

Tarareando “Mañana en el Abasto”, la caravana regresó por Humahuaca hasta la esquina con Bustamante. Frenaron en la ochava donde está montado el proyecto Una Obra Un Artista, a cargo de Milagro Torreblanca. Contó que es “una vidriera de arte con obras nuevas cada 20 días, abierta las 24 horas del día”. Este lugar también fue parte de La Noche de los Museos.

Guille Castañeda celebró que haya un “horizonte de arte” en esa esquina porque recordó que enfrente hay un mural de 2012 hecho durante un Corte Cachengue, fiesta callejera de la Casona.

La caravana cruzó la calle y volvió al punto de partida. Para el cierre del Museo Vivo hubo una función en la vereda de Sin Telón, teatro comunitario de Almagro-Abasto. Ensaya en el Teatro Archibrazo (Mario Bravo y Valentín Gómez) y en Plaza Almagro (Bulnes y Sarmiento). Este grupo de vecinos actores también estuvo más temprano en el Museo Casa Carlos Gardel (Jean Jaurés 735).

La pieza recrea la vida de trabajadores del Mercado de Abasto a mediados del siglo pasado. En particular, narran una huelga de verduleros durante un conflicto salarial. En esta jornada solo se vio un fragmento. La obra completa se estrena el sábado que viene a las 16 en Plaza Almagro.

Hubo una foto colectiva, que ilustra esta nota, con todos los vecinos, artistas, organizadores que participaron del Museo Vivo. Sus hacedores concluyeron: “Un fuerte aplauso porque con el trabajo de los vecinos y organizaciones el Abasto es un barrio que está latiendo”.

J.C.

Foto: Revista El Abasto

 

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