En el Museo Casa Carlos Gardel abrió una muestra que repasa expresiones en el barrio. De Boom Boom Kid a Aníbal Troilo, del teatro idish al Club Atlético Fernández Fierro.
Abrió Abasto de Artistas, una exposición del Museo Casa Carlos Gardel (Jean Jaurès 735) que narra más de un siglo de historia cultural en el barrio. Estará en exhibición hasta febrero de 2020. Es una minuciosa acción de arqueología abastense mediante fotos, objetos y obras de arte. También representa un homenaje a vecinos, público, protagonistas y creadores.
Esta exhibición forma parte del Eje Color del programa anual Narrativas Cruzadas, un proyecto de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco histórico del Ministerio de Cultura porteño. La curaduría del Eje Color está a cargo de Sebastián Vidal Mackinson.
La exhibición en el museo de la calle Jean Jaurès está organizada en tres núcleos cronológicos: Mañana del Abasto 1890-1984; Abasto reinventado 1984-1998; y Abasto Siglo XXI.
Marina Cañardo, directora del Museo Casa Carlos Gardel, dijo a este medio: “Es un arduo trabajo en equipo y el resultado está a la vista. Estamos fascinados en mostrar algo de la intensidad de este barrio. Intentamos dar cuenta aquí de lo que ocurre y ocurrió en estas calles”.
Los hacedores de la muestra incluyeron material de “El cachafaz”, Gabino Ezeiza, Aníbal Troilo, Jevel Katz, Tita Merello, Luca Prodan, Batato Barea, Marcia Schvartz, Alberto Morales (tiene su atelier en Humahuaca 3857), Victor Chab (enseña en su escuela taller del barrio), Milagro Torreblanca (creadora de Una Obra, Un Artista en Humahuaca y Bustamante), Roberto Fernández, Boom Boom Kid y lugares como el Teatro Excelsior (estuvo en Corrientes 3234), el IFT (Boulogne Sur Mer 549), Archibrazo (Mario Bravo y Valentín Gómez), el Limbo Teatros (estuvo en Guardia Vieja 3318), la Casona de Humahuaca (Humahuaca y Sánchez de Bustamante), La Carpintería (Jean Jaurés y Viamonte), Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), Panal 361 (Jean Jaurés 361), el Club Atlético Fernández Fierro (Bustamante 772).
En una de las salas hay un stencil de Carlos Gardel vestido de gaucho con impronta pop, hecho por Federico Munchin de Run Don’t Walk. De hecho, esta imagen se entrega en el folleto oficial de la muestra.


La curaduría analiza sobre Abasto de Artistas: “El Abasto es un barrio imaginario. No existe en la cartografía real sino en el corazón de sus vecinos”. Gardel fue uno de los que se enamoraron de sus calles y así lo explicaba en 1933: “Vivo en este modesto barrio obrero porque es mi querido barrio, donde yo cuando purrete pasé momentos de felicidad que hoy, con todos los pesos que tengo en el banco, no puedo comprarme una hora de aquellas. Además, quiero a este barrio mío porque es reo como el mismo tango”. Barrio reo, barrio de tango, barrio de arte en todas sus manifestaciones, el Abasto creció con aquel primer Mercado y sus derivaciones latiendo en el centro. La intensa actividad artística en su entorno pareciera ser parte del ADN del barrio. Algunos vecinos artistas y lugares de arte representan en esta exposición a los miles que hicieron y hacen de este barrio un verdadero Abasto de artistas”.
Sobre el tramo Mañana del Abasto 1890-1984 la curaduría analiza: “El Mercado de Abasto Proveedor, fundado en 1889, surgió con el objetivo de proveer de frutas y verduras a la creciente población de Buenos Aires. Situado casi en la periferia de la ciudad, se desarrolló cubriendo la demanda de alimentos de la urbe en crecimiento. Las esperas de carga y descarga de mercaderías generaron tiempos de sociabilidad amenizados por música y bailes improvisados. Algunos bailarines gozaron luego de fama internacional como El Cachafaz. Payadores, como Gabino Ezeiza, alternaban con músicos de tango. Y todo esto embelesaba al pequeño Gardel que volvió a elegirlo ya adulto. Se diría que la “semilla de la sociabilidad del mercado” derivó en una enorme oferta cultural cristalizada en una multiplicidad de teatros. Allí se ofrecían piezas en español, italiano, idish, obras tan variadas como los vecinos del barrio. Otro destacado artista vecino fue el célebre bandoneonista Aníbal Troilo, gran admirador de Gardel. El Mercado mismo se volvió escenario de una película que pintaba su intensa vida y que fue protagonizada por Tita Merello”.
Uno de los muros está dedicado a la música y vida cotidiana en torno al Mercado de Abasto. Se destaca un poster gigante de Mercado de Abasto, la película de Tita Merello. Hay fotos de Tita y Pepe Arias en esta célebre cinta de 1955. También hay una partitura original de época de El Cachafaz. En su homenaje también hay un disco de pasta de la canción Bailarín Compadrito. Hay una foto de Chanta Cuatro tomada por León Tenenbaun en 1962: “En la calle Guardia Vieja (actual pasaje Gardel), esquina Anchorena, funcionaba este hotel. El establecimiento había sido fundado en 1893 por Luis Sanguineti y tenía una emblemática cancha de bochas. El nombre alude a una jugada. Los trabajadores y compradores podían jugar, comer, escuchar música en vivo y pasar la noche allí”. Desde el verano el sitio está cerrado, luego de ser por años un restaurante con tango en vivo.
Uno de los muros está dedicado al teatro idish. Hay fotos del antiguo IFT de la calle Boulogne Sur Mer, folletos del Teatro Exelsior de Corrientes 3234 y un ukulele del músico idish Jevel Katz, a quien se consideró tras su muerte como “el Gardel judío”. Hay programas de mano del Teatro Soleil (Corrientes 3150) de 1916: “En el barrio del Abasto convergieron personas y culturas venidas de distintos lugares como lo demuestran estos programas de teatro en idish y español”.
En medio de ambos muros hay una vitrina con un bandoneón de Aníbal Troilo: “Nació en Cabrera 2937, zona del Abasto. Su primera actuación la hizo en un bar pegado al Mercado. Manifestaba su admiración por el ilustre vecino conocido como el Morocho del Abasto”.
Cañardo dice sobre este tramo de la exposición: “El núcleo inicial llamado Mañana del Abasto es un poco inspirado en el tema de Luca Prodan y Sumo. Es pensar el amanecer del barrio en torno al Mercado de Abasto. Es un antecesor para pensar la movida de teatro independiente tan importante del presente”.
En el tramo Abasto reinventado 1984-1998 se destaca la figura de Prodan, no solo por haber escrito la célebre canción de rock Mañana en el Abasto, sino también por haber sido vecino muchos años, en Gallo y Humahuaca. En el Museo hay un retrato suyo en uno de los muros junto a una pantalla táctil donde se pueden escuchar recitales de Sumo.
También se evoca a Batato Barea, poeta y performer ícono de la contracultura de los años ochenta. Fue destacado su trabajo con Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta. Batato vivió en Tucumán 3054, donde se montó un museo en su honor. Tuvo una intensa actividad en el CC Ricardo Rojas de Corrientes 2038 (UBA); de hecho una sala lleva su nombre. En la muestra hay un vestido envolvente de botones que usó en sus lecturas de poesía y una pantalla interactiva con lecturas en vivo.
Están en exhibición afiches antiguos y un cartelón de metal de Limbo Teatros, el cual fue hecho por Jorge Pablo Pallarols. Esta sala estuvo en Guardia Vieja 3318. El local fue un madurador de bananas, una panadería y un templo evangélico. En 1993 Octavio “Tito” Palazzo Caputo lo convirtió en un “espacio destinado a la investigación de nuevos lenguajes estéticos y expresivos”. Fue famoso por su varieté de teatro. Actuaron María José Gabín, el equipo de teatro LaBola y el grupo Las Malditas. Se presentó el Teatro Sanitario de Operaciones y Las Manos de Filippi.


También hay en exhibición trabajos de Marcia Schvartz, artista que tras el exilio de la última dictadura militar se mudó al Abasto, donde “entabló amistad con pintores y performers como Roberto Fernández y Batato Barea, en esos años su producción se nutrió de lugares y personalidades del barrio; su casa taller de Humahuaca 3508 es actualmente sede del centro cultural icónico la Casona de Humahuaca”.
Hay trabajos de Juan Andralis, quien fue artista plástico, diseñador y tipógrafo. Nació en Grecia en 1928 y se instaló en el Abasto porque su padre tenía un puesto de frutas en el Mercado. Viajó a París y estuvo en contacto con el dramaturgo Antonin Artaud, también con Duchamp y Wifredo Lam. Es el fundador de la editorial imprenta El Archibrazo, que hoy es uno de los sitios culturales más emblemáticos del Abasto. Allí nació el actual grupo de teatro comunitario Sin Telón.
En el tramo Abasto Siglo XXI dice la curaduría: “La transformación más reciente del barrio fue la conversión del antiguo mercado mayorista en Centro Comercial en 1998. El siglo XXI comenzó con renovada energía para las artes del barrio. Nuevos espacios surgieron como la Ciudad Cultural Konex, el Club Atlético Fernández Fierro, Panal 361 y múltiples teatros –La Carpintería, Tano Cabrón, Teatro Ciego (ambos en Jean Jaurés y Zelaya), etc.- que lo confirman como uno de los polos artísticos de la ciudad. Su protagonismo se convalida con la elección del barrio como sede de los más importantes festivales internacionales: desde los comienzos del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) en 1999 hasta las ediciones 2019 de festivales como el FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires) y el Festival y Mundial de Tango de Buenos Aires. El fileteado, que había servido para decorar los camiones del antiguo Mercado del Abasto, reaparece en las fachadas del barrio y convive con el stencil, el grafiti y otras expresiones del arte urbano. La figura icónica de Gardel se multiplica en las paredes y el barrio que había sido elegido por el Morocho, lo elige a él para definir su propia identidad”.
Cañardo señala: “Así se consolida que este es un barrio de arte, no solo un barrio de mercancías por la presencia que tuvo el Mercado. Esto es un Abasto de artistas, como hace juego de palabras el nombre de la muestra”.
En este tramo se pueden apreciar obras como Mercado de Abasto de Roberto Fernández. Los curadores dicen: “Tiene trayectoria internacional y tiene su casa taller en el Abasto desde la década de 1980. Participó de movidas culturales como el Camión de la Kermesse (un antiguo vehículo intervenido artísticamente) que organizó junto a Marcia Schvartz, Luis Freisztav, Liliana Maresca y otros vecinos artistas”. También está la obra El Baile de Víctor Chab, del grupo Siete Pintores Abstractos: “Fue una influencia imprescindible en el desarrollo de la abstracción libre. En la actualidad, con 88 años continúa dando clases y pintando en su taller del Abasto”. También en este apartado está el cuadro “Una selfie con Gardel” del fileteador Jorge Muscia.
Esta muestra tuvo su correlato con una actividad cultural y callejera gestionada entre el Museo y vecinos que se iba a hacer el domingo 15 de septiembre por la tarde con la participación de Proteger Abasto, Comuna Gardel, Teatro Comunitario Almagro Abasto Sin Telón.
Se iba a hacer una charla con el fileteador porteño Gustavo Ferrari, una intervención de Sin Telón, una visita guiada con Octavio Fernández y Elisabet Mosconi de Proteger Abasto. El cierre musical se iba a hacer en el Museo con Lulú y sus guitarras.
Cañardo dijo: “Estamos muy contentos con eso. Veníamos en diálogo con los vecinos que hacen estas actividades (como las Barriadas Fotográficas o el Museo Vivo por las Calles del Abasto) y con la muestra surgió hacer algo más orgánico con el museo”.
En el Museo también repartían las Audioguías de Barrios Creativos, que fueron confeccionadas por vecinos y fuerzas vivas del Abasto. El proyecto recibió una mención en el concurso que el Ministerio de Cultura de la Ciudad organizó el año pasado. Se la puede descargar de internet, también. Está grabada por el actor y antiguo vecino, Humberto Tortonese. Plantea cinco recorridos por el Abasto para aproximarse a su historia, cultura y personajes.

J.M.C.

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