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Se volvió viral una foto de la barra del Bar El Destino del Abasto: “La vida me pide demasiado y yo solo quiero ser ellos”

Gallo y Humahuaca.

Un usuario en la red social X (Twitter) subió una foto en la cual se ve a un grupo de habitúes en la puerta del Bar El Destino del Abasto, ubicado Humahuaca y Gallo. “La vida me pide demasiado y yo solo quiero ser ellos”, dice el posteo que se volvió viral con más de 8.000 “Me gusta” y casi 200.000 visualizaciones.

“Igual medio que ya soy, me visto prácticamente igual que uno”, bromeó el autor del posteo, el usuario @Sanguchiter.

Entre los comentarios, muchos apoyaban la idea y felicitaban a este grupo de parroquianos por reunirse en en el bar a debatir cuestiones de la vida. “La verdadera Polémica en el bar”, señalaba otra usuaria.

También se evocó a otro icónico vecino, Luca Prodan, ya que allí solía pasar las tardes. De hecho, la foto deja ver que en uno de las columnas del bar hay una pintada con aerosol que dice “Sumo”, el nombre de la banda de rock nacional que lideró Luca y quedó en la memoria colectiva con canciones como “Mañana en el Abasto”.

El Bar El Destino es una de las paradas del Museo Vivo por las calles del Abasto, un recorrido performático creado por vecinos para celebrar la historia y presente del Abasto y su gente. Allí le rinden homenaje a Luca y también destacan al Bar El Destino como un lugar de pertenencia en el Abasto.

Como un bis, el usuario Sixto Cristiani, @sixtocristiani, en base a esta foto, analizó el perfil urbano de la zona del Abasto. Planteó que el bar está ubicado entre calles de poco tránsito vehicular y eso propia la calma.

“Esta escena en Café Bar El Destino, Buenos Aires, se da por como son las calles de la zona.  Ubicado en Humahuaca 3401, la calle termina en el Abasto, 1 cuadra más adelante. Eso hace que no se utilice tanto, con más silencio se puede disfrutar más de la vereda”, introdujo.

“Según el mapa del ruido de la Ciudad de Buenos Aires. Humahuaca tiene por lo menos 15 decibeles menos de ruido que Av. Corrientes, todo muy intuitivo por ahora. Pero confirma la principal sospecha. La estructura urbana modifica la de transporte y eso a su vez, la vida cotidiana”, agregó.

“¿Qué nos dice Jan gehl al respecto? En su libro “La vida entre edificios” Dice que cuando el ruido de fondo supera aproximadamente los 60 decibeles, lo cual suele ser el caso en calles con tráfico mixto, es casi imposible tener conversaciones ordinarias. Acá igual nos excedemos. Para mantener una conversación en estas condiciones, las personas deben estar solas y cerca una de la otra, hablando a distancias de tan solo 5 a 15 centímetros. Los adultos y los niños pueden hablar entre sí en estas condiciones solo cuando el adulto se inclina hacia el niño”, agregó.

“Una circunstancia que en efecto significa que la comunicación entre adultos y niños prácticamente desaparece cuando el nivel de ruido es demasiado alto. Los niños no pueden preguntar sobre lo que ven y no pueden recibir respuestas. Solo cuando el ruido de fondo es inferior a 60 decibeles es posible mantener una conversación, y el nivel debe reducirse a 45 a 50 decibeles para que las personas puedan escuchar la mayoría de los otros sonidos fuertes y suaves de voces, pasos, canciones, etc. Qué implica todo esto, que el principal modo de transporte, el automóvil privado, con todos sus ruidos, inhibe las relaciones sociales, el contacto físico, la salud mental. Sus externalidades negativas son incalculables para cada individuo. Tenemos que recurrir a Coase”, explicó.

“Coase básicamente nos dice que, cuando el costo del cálculo individual de la externalidad de individuo a individuo es más alta que la posible compensación, el estado tiene que ponerla. Es muy caro calcular cuánta plata me tiene que dar un fumador por fumarme en la cara y que encima me pague después lo que me debe. Por eso, el estado viene a arreglar esta falla de mercado con dos alternativas, prohibiendo fumar en algunos lugares y aumentando el precio de los cigarrillos. Urbanísticamente sería poner áreas peatonales y aumentar patente a vehículos que hacen más ruido. Por más boludo que parezca, sí, ponerle un impuesto al ruido. Bueno, eso es exactamente lo que hicieron en París”, concluyó.

J.C.

Foto: X

 

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