Nueva directora del Museo Casa Carlos Gardel

Es académica, docente y escritora. Asumió hace un mes y señala que el del Abasto “puede y debe ser un museo para todos”.

El Museo Casa Carlos Gardel cumple 15 años. En este contexto de aniversario, Marina Cañardo asumió a fines de mayo su dirección. “El lugar tiene su historia, tiene muchísimo potencial. Es muy querido por mucha gente. Es un museo de la pasión, es un museo de la pasión que genera Gardel”, asegura en diálogo con este medio y señala que su línea de trabajo es que sea un lugar de puertas abiertas, donde se generen nuevos públicos y en donde impere el concepto de “nosotros”.
“Es un desafío muy estimulante en lo profesional”, agrega. “Vengo del ámbito de la academia, de la investigación, de la docencia. Tuve experiencia en la gestión privada en la producción musical, también en la gestión pública. Tengo una columna en la Radio 2 x 4. Desde siempre me ha interesado la investigación y la divulgación. El espacio del museo para mi es nuevo como tal, pero continúa con una línea de búsqueda mía”.
“Hice mi tesis doctoral entre la Universidad de Buenos Aires y la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales (EHESS) en París. Trabajé la industria discográfica en la década del veinte (publicó un libro sobre este tema llamado Fábricas de músicas por el sello Gourmet Musical). Con lo cual hay mucho de tangos. Es una década en la que Gardel grabó mucho. Ese antecedente en particular me hizo poner en la mira de la gente que buscaba un director para este museo”, agrega sobre su llegada al Abasto.

-¿Cuál fue tu impresión primera del museo al llegar?
-Me encontré con un museo con muchísimo potencial. Es un museo muy querido por mucha gente y han hecho una refacción el año pasado, yo no estaba. Sé que generó resquemores. Lo entiendo, es un museo de la pasión, es un museo de la pasión que genera Gardel. Era predecible. Hablaba con colegas de otros museos, de fútbol, y decían que esos museos de alguna forma se enclavan en el corazón de la gente.

-¿Que lo hace único a este museo?
-Este no es un museo de arte, no es un museo de historia. Es un museo muy singular y trabajaremos con esa singularidad. Hay un equipo de gente muy capacitada y comprometida con la institución. Estamos reformulando cuestiones, es algo que se debate en forma regular.

-¿Cómo se relaciona con el barrio?
-Es un museo que es de Gardel y es un museo del barrio. El barrio se lo merece. Es un museo del tango y de las músicas populares. Creo que puede y debe ser un museo para todos.
El perfil que planteo es que sea una casa viva, poblada. Con conciertos, películas, baile, cine, títeres. La casa tiene potencial enorme de interpelación. Es posible el nosotros.

-¿Cómo resultaron las actividades hechas por el aniversario de la muerte de Gardel?
-Las hicimos pensando en la generación de nuevos públicos, que es un tema latente. Al 24 de junio le cambiamos el signo, pensamos que Gardel sigue. Por eso llamamos a la jornada Gardel Eterno. Fue precioso, tuvo distintas actividades con distintos públicos.

-Contanos algunos momentos destacados.
-Hubo una escucha de discos en vitrola. Fue muy emocionante ver a la gente en un silencio ritual escuchando discos así. Pablo Taboada es coleccionista y compartió partituras y discos con los presentes. Fue un momento muy íntimo y de comunión. Mucha gente en silencio escuchando discos de Gardel en la casa de Gardel. Fue muy ritual. Cercano a los sentimientos.
Tuvimos la proyección de una película, no tuvo que ver con Gardel sino con la práctica del tango. Fue un documental llamado Tango de una noche de verano (dirigido por Viviane Blumenschein), de músicos argentinos (Chino Laborde, Dipi Kvitko, Pablo Greco) que viajaron a Finlandia para conocer el tango finlandés. Sé dio otro momento de intercambio y de comunión y experiencia colectiva. A la actividad la llamamos Gardel Mundial. El tango y Gardel son instancias mundiales que nos representan.

-¿Qué actividades hubo el día 24?
-El día 24 hubo dos actividades. Una fue Gardel para Chicos. Consistió en un concierto de la orquesta Somos Tango, un cuarteto que hace tango con un relator y una pareja de baile. Cuentan la historia del tango para chicos. Lo hacen con chicos en escuelas. Del barrio vinieron muchos chiquititos de cuatro años. Se quedaron hipnotizados. Por los instrumentos, por los bailarines, por la propuesta. Fue precioso tener el espacio lleno de nenes.
A la noche cerramos con algo típico gardeliano, formato gardeliano. Cantó Jacqueline Sigaute junto al trío Dipi Kvitko. Rebalsó de gente. Fue mágico. Ellos son increíbles y transmiten mucho, la gente lo percibió. Hicieron canciones y pusieron mucho sentido del humor. Pedían cosas a Gardel. La gente se enganchó. Yo me sumé y pedí que tengamos más noches como estas.

J.M.C.

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