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Avanza la restauración en la cúpula del Edificio del Molino

Callao y Rivadavia.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informó que avanzan las mejoras en la cúpula del Edificio del Molino (Confitería del Molino), el centenario edificio de Rivadavia y Callao adquirido por el Congreso de la Nación que será está en proceso de restauración patrimonial.

La ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, Clara Muzzio, dijo: “Cada vez más cerca de ver la restauración integral de la Confitería Del Molino finalizada. Este edificio es un símbolo porteño que tiene 104 años de historia y pronto va a volver a lucirse en todo su esplendor. Hoy fui con Maxi Ferraro, Juan Pablo Vacas, Lucrecia Panizoni y Lucas Molinero a ver los avances de esta última etapa de la obra. Quiero agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras que colaboran diariamente para rescatar este emblemático edificio”.

En tanto, desde las redes sociales oficiales del Edificio del Molino, informan a fines de octubre: “Luego de los cateos y estudios de laboratorio correspondientes, el equipo pudo detectar la primera pintura que tuvo el interior de la cúpula: una pintura a base de cal con aditivos. Ya podemos ver el interior pintado tal cual estaba al momento de construirse el edificio”.

En septiembre detallaban: “Queremos contarles que estamos en una etapa avanzada de la recuperación de los vitrales de la cúpula. Esto no hubiese sido posible sin la colaboración de todxs ustedes, que quieren tanto al edificio como nosotrxs. A través de nuestra convocatoria por redes sociales, buscamos información respecto de los colores y el diseño de los ocho gajos de los vitrales, ya que cuando llegamos no quedaban rastros. En primera instancia, nos enviaron una foto histórica donde también se aprecian los leones alados (ya replicados). Posteriormente, en una de nuestras aperturas al público, se acercó una señora llamada Norma Mecozzi con negativos y fotografías color de algunos sectores de los vitrales. Dichos negativos fueron llevados a un laboratorio fotográfico para escanear en alta resolución, y se logró rescatar una parte. Finalmente, el arquitecto Guillermo Cristofani donó una investigación sobre el monumento que tambièn aporta datos desde el interior y el exterior de los vitrales. Con ese material, nuestra diseñadora y un equipo de restauración externo, lograron reconstruir los vitrales tomando las trazas originales y desde adentro, respetando sus colores , texturas y técnica constructiva”.

En marzo de 2019, en entonces Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires impulsó una licitación pública para contratar un servicio que restaure la cúpula de la Confitería del Molino. En ese momento se proyectó en $10.609.007. Se trata de la Licitación Pública Nº 80/SIGAF/2019.

En la página oficial del Edificio del Molino evocan sobre la historia reciente del inmueble: “La confitería no logra capear la crisis de los noventa y cierra sus puertas en el verano de 1997. El edificio que la albergaba comienza, paulatinamente y sin pausa, a quedar vacío. – Coincidiendo con la quiebra y el cierre del emprendimiento comercial, la confitería es declarada Monumento Histórico Nacional a través del Decreto 1110/97 del Poder Ejecutivo Nacional. – En 2014 el Congreso Nacional sanciona la Ley 27.009, que declara al inmueble “de utilidad pública y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural”. – El 19 de septiembre de 2015 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires instala una grúa en la esquina de Rivadavia y Callao con el objeto de demoler la cúpula ante denuncias surgidas de un artículo periodístico acerca del estado crítico del edificio. Una falla técnica en la grúa impide que la demolición se lleve a cabo. – El 27 de junio de 2018 se constituye la Comisión Bicameral Administradora Del Edificio Del Molino y el inmueble pasa a estar en manos del Congreso Nacional. A partir de entonces comienza a trabajar en sus instalaciones un equipo de restauradores”.

La Ley 27.009, que declaró de utilidad pública y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural, el inmueble de la Confitería del Molino, establece en su artículo 4°: “Créase en el ámbito del Poder Legislativo de la Nación la Comisión Administradora del Edificio del Molino, que oficiará como su órgano de representación, dirección y administración. Dicha comisión estará integrada por: a) Los Presidentes del Honorable Senado de la Nación y de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación; b) Los Presidentes y Vicepresidentes de las Comisiones de Educación y Cultura de ambas Cámaras”.

Desde la cuenta oficial del Edificio del Molino informan: “Referente del Art Nouveau porteño y declarado Monumento Histórico Nacional, presenta estructura metálica, con mampostería de ladrillo como cerramiento y entrepisos de perfilería metálica con bovedilla. Y como novedad tecnológica componentes de hormigón premoldeado. Con un repertorio de materiales de acabado de procedencia europea, como pisos de piedra (mármoles), finos pisos de madera, ornatos pre moldeados de yeso estucados o con toques dorados. El edificio se desarrolla en PB, 5 pisos, Azotea con torre-cúpula accesible, y 3 subsuelos. La confitería histórica se encuentra en la PB y el salón de fiestas en primer piso, el tercer subsuelo se destinaba a depósito de combustible, el segundo subsuelo poseía las cisternas, la sala de máquina y mantenimiento, y el primer subsuelo el área de elaboración de pastelería, productos de confitería y molino harinero. Los pisos del segundo al quinto constan de dos alas, una sobre Rivadavia y otra sobre Callao, con departamentos para renta o habitación de los propietarios”.

“El inmueble consta de 6.900 m2 de planta. Confitería PB: 900m2. Salón: 832 m2 . 1er Subsuelo: 950m2. 2ndo Subsuelo: 370m2. Al acuñarse el concepto de patrimonio inmaterial, se apunta a una mirada más amplia y plural del patrimonio cultural, ya que se incluyen las representaciones de distintos colectivos sociales. En el caso del Molino, el patrimonio inmaterial se presenta en la forma de saberes, oficios y sus productos. Los maestros panaderos y una exquisita carta gastronómica, las fiestas -familiares, sociales y políticas que tenían lugar en sus salones-, los rituales -la ceremonia de tomar café, los encuentros de legisladores/as, los funerales cívicos, las movilizaciones políticas, las vigilias ante el tratamiento de leyes fundamentales-, las expresiones artísticas y lúdicas, dimensiones todas que, integradas a la vida de los diferentes grupos sociales, se configuran como referencias identitarias en la visión de los propios grupos que las practican”.

J.C.
Foto: GCBA

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