Indudablemente estamos ante cambios muy grandes. Se viene imponiendo el teletrabajo, no tenemos que cuidar de juntarnos con familiares y amigos, hay trabajos suspendidos para evitar contagios, tapamos nuestras bocas en público y se toma la temperatura para entrar a lugares.
En este artículo intentamos profundizar un poco en ciertos actores de la era “corona”, para lo cual sobresale una figura pública y es Bill Gates, el famoso fundador de Microsoft y actual hombre de fundaciones filantrópicas ligadas a las vacunas cuya fortuna leuda en negocios rentables, que dejaron de ser aerolíneas, petróleo o McDonald y pasaron a ser acciones en laboratorios de vacunas, Bitcoins y la revista El Abasto. Bueno, esa última no está del todo chequeada…

A quién creerle en épocas de noticias falsas…
Hay portales dedicados a buscar dilucidar “verdades”, como Chequeado. Al principio me pareció que el modo de trabajo era muy idealista y brindaba suficientes herramientas como para desengranar mejor la realidad. Lo consulto, pero siempre con ese ojo crítico que me dio el pase por Puan o tal vez, simplemente la realidad. Porque siempre hay un lugar desde donde uno lee la realidad y en cada signo lingüísitico hay una intención de fondo, una ideología (consciente o inconsciente por el escriba). En Chequeado me llamó la atención como se citan ciertas fuentes como axiomas para sus verdades.
Pronto descubrí que hay un Colombiacheck.com y similares en muchos países (como Verificado.uy, Maldita.es). Hurgando en Chequeado di con el noble agradecimiento que hacen a quienes los sostienen: ¡la Open Society Foundations!
En un link propio de ese portal bajo el título: “Investigación y datos: Chequeado sin corsé” explican que “Chequeado, gracias al apoyo de Open Society Foundations (OSF), lanzó un área de Periodismo de Investigación que apunta a generar un espacio de periodismo independiente y sin condicionamientos y producir una metodología de investigación propia basada en la apertura de datos y verificación.”
La conclusión es que solo le podemos creer a nuestra propia mente luego de un minucioso análisis, y aún así ¡seguir desconfiando!

Fundaciones para el nuevo orden mundial
Aclaremos que la Open Society Foundations es una herramienta para los grandes capitales, fundada por el magnate George Soros. Su función es, según Wikipedia, apoyar financieramente a los grupos de la sociedad civil con el fin de “promover la justicia, la educación, la salud pública y los medios independientes”. En otras palabras, y en concordancia con sus actos, sería bajar línea para posicionar su visión del mundo donde los más ricos diagraman lo futuro concentrado su poder.
La OSF es la segunda sociedad “filantrópica” en cuanto al monto de capital que manejan, luego de la Bill & Melinda Gates Foundation que a su modo también se preocupa por dirigirnos hacia el mundo que ellos creen mejorador, preocupados por la sobrepoblación del mundo (lo pueden ver en entrevistas, textos y hasta en una charla TED por Youtube). El bueno de Bill mediante su fundación y GAVI – The Vacine Alliance -que sería como un bolsero de vacunas para bajar el precio con la excusa de usarlas en el tercer mundo- hoy está detrás de muchas inyecciones para inmunizarnos contra el Covid-19, como “la de Oxford” -del laboratorio AstraZeneca- con la cual el gobierno nacional hizo un acuerdo anunciado con orgullo de poder vacunar a todo el país (y otros de Latinoamérica) dado que se producirá acá por Mabxience.

En boca del propio Gates
Lo mejor para no entrar en teorías conspiranoicas es ir la fuente. Vayamos para atrás unos meses, donde podemos retomar la carta de Bill Gates que presentó el diario La Nación, el 13 de abril de este año, titulada: “Coronavirus: las pandemias nos recuerdan que ayudar no solo es correcto, sino que es inteligente”.
En aquella nota el magnate explica que la pandemia del Covid-19 no perdona por nacionalidad ni fronteras así que dio un par de recomendaciones a los líderes del mundo: “Necesitamos una estrategia mundial para luchar contra esta enfermedad. Sus características seguramente irán cambiando a medida que evolucione la pandemia, pero hay al menos tres medidas que los líderes mundiales, en particular los del G-20, pueden tomar ya. La primera es asegurarse de que los recursos mundiales estén distribuidos eficazmente; me refiero a las mascarillas, los guantes y las pruebas de diagnósticos.”
Luego sostiene que hay que distribuir recursos mediante la salud pública, dirigida por expertos de otras epidemias con directrices claras, por escrito, colaborando con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Luego de ese planteo de obediencia debida expone su objetivo comercial que es vendernos la vacuna: “La única manera de acabar con esta pandemia es inmunizar a la población contra la enfermedad. Esto me lleva a lo segundo que deben hacer los líderes: invertir en I+D (innovación y desarrollo) para desarrollar una vacuna.”
Y ahí vende: “El Covid-19 trajo muy pocas buenas noticias, pero una de ellas es la ciencia. Hace tres años, nuestra fundación, junto con Wellcome Trust y varios gobiernos, puso en marcha la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI). El objetivo era acelerar el proceso de prueba de vacunas y financiar maneras nuevas y rápidas de desarrollarlas. La CEPI ya está trabajando como mínimo en ocho posibles vacunas para el Covid-19 y los investigadores confían en tener al menos una en los próximos 18 meses. Sería la vez que menos demoró el ser humano en desarrollar una vacuna desde el momento en que se descubre un patógeno totalmente nuevo. Este plazo, no obstante, depende de la financiación. En las últimas dos semanas, muchos países han hecho aportes a la CEPI, pero la coalición necesita 2000 millones de dólares para realizar su labor. Aunque se trata de una cifra aproximada, la innovación es un asunto impredecible y los líderes del G-20 deberían adquirir ya compromisos serios.”
Luego aclara que ese monto no es el total: “También deberían reconocer que esta financiación es solo para desarrollar la vacuna, y no para producirla o distribuirla. Eso requerirá todavía más dinero y planificación.”
Mucho dinero para los CEOs de laboratorios como: Moderna, AstraZeneca, Sinovac, Sanofi, Pfizer, Novavax, MSD, Johnson & Johnson, GlaxoSmithKline, Serum Institute of India… Y su propio bolsillo, claro está.
Luego sostiene que los países –ricos y pobres– “tienen que invertir en plantas de producción muy diferentes sabiendo que algunas nunca se utilizarán”. “Otra cuestión importante es el costo. Si, por ejemplo, el sector privado está dispuesto a ofrecerse para producir la vacuna, no debería suponerle una pérdida económica.” En otras palabras, si hay pérdida que no sea de las empresas sino que pierdan los estados… ¿En qué otros negocios hay sólo ganancias, sin riesgos?
Al mismo tiempo, cualquier vacuna contra el Covid-19 deberá ser considerada “bien público mundial” y ser asequible y accesible para todos. Faltó decir obligatoria, pero para eso supongo confía en el gobierno de cada país. Esperemos que el nuestro no obligue.
La alternativa a una vacuna sería el uso de remedios (habría que ver porqué algunos están prohibidos) y el extremo cuidado con los más vulnerables hasta que la inmunidad de rebaño haya superado este virus como hemos hecho tantas veces con tantos otros.

Identificación digital
Ante semejante pedido de dinero a los estados por parte del fundador de Microsoft, sumándole a sus declaraciones sobre la importancia que le da a la superpoblación y su “preocupación filantrópica” en vacunar al mundo entero, más su propio apoyo a que la identificación personal sea digital como bien explican en el portal Id2020.org que pregonan “el derecho a la identificación digital” y está sostenido por Microsoft, GAVI, Acceture y The Rockefeller Foundation es que hay muchos que sostienen que la vacuna contra el Covid-19 podría venir con dobles intenciones. Especulan que podrían implantar un microchip identificatorio con metales pesados (cosa que Gates niega) y también se habla de riesgos en nuestra salud, basados en que se ha comprometido a los estados nacionales, que están sosteniendo económicamente las futuras vacunas como propuso Gates, desresponsabilicen a los laboratorios en caso de que lo inyectado generara algún tipo de inconveniente. En otras palabras, no solo es ganancia pura para los laboratorios, tampoco se les podrá hacer juicio a los laboratorios si la vacuna tiene efectos nocivos…
Como si fuera poco, hay médicos que sostienen que, al contrario de las vacunas tradicionales con las que se inyecta un poco del virus (debilitado o muerto) para generar anticuerpos, en estas nuevas inyecciones (al menos Pfizer y AstraZeneca) se meterían directamente con el ADN mediante el ARN mensajero*. Algunos las mencionan como vacunas transgénicas.
Leyendo detenidamente el portal de ID2020 no vimos nada que tenga que ver con implantes, pero sí con el iris humano. Están evaluando y probando un método similar al de la criptomoneda, donde la data se guarda en diferentes computadoras –de los usuarios– y no en una central como sucede ahora con Facebook, por ejemplo, que viene sufriendo un juicio en Estados Unidos por el uso concentrado de la información obtenida. La idea de muchas computadoras es que ninguno sea realmente el poseedor de todo, y el plan sería que dependiendo quien es el receptor saldrían a la luz diferentes cosas. Si es ante un bar podría salir el dato que confirme mayoría de edad, ante un médico el historial clínico, etcétera. La teoría suena atractiva, no sabemos en qué resultará cuando algún poderoso pretenda acceder a toda la información concentrada. Vale agregar que por ahora usan como gente de prueba a refugiados en diferentes campos. Por último, en ese portal no encontré nada sobre un chip subcutáneo.

¿Un virus de laboratorio?
Ante ganancias millonarias y teorías conspirativas unos podría sospechar que todo esto fue armado justamente con ese fin económico y de concentración de poder. No hay pruebas claras, sí se hizo público hace unos días lo que la viróloga china Li-Meng Yan, que se refugió en Estados Unidos huyendo desde Hong Kong por asegurar que el gobierno de su país ocultó información sobre el nuevo coronavirus, viene contradiendo las versiones oficiales conocidas hasta el momento con relación al origen de la pandemia. Canal FOX de Estados Unidos recibió los intercambios de correos donde se demostraría que el virus estaba de antes que la fecha oficial en el mercado chino de Wuhan. Y lo más grave, la científica sostiene que el Sars-Cov2 fue lo creado en laboratorio [5].
No sé si recuerdan, pero en esa línea iba también el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien había ya dicho (Voanoticias.com, 3 de mayo) que hay “evidencias enormes” de que “la pandemia de coronavirus se originó en un laboratorio en Wuhan, China, no en un mercado cercano”.
La verdad es que no tenemos certeza de si fue creado en laboratorio o si es fruto del modo de producción agropecuaria o de un murciélago. Solo sabemos que el virus está y si bien para muchos pasa como una simple gripe a otros les pega muy fuerte, al punto de matar. Por eso debemos actuar de modo organizado, porque de ésta salimos juntos.

Ulises Karlson


“Han privatizado la OMS, la financiación privada condiciona sus decisiones”
En una nota de hace cuatro años de la Cadenaser.com de radio española el exdirector del Programa Mundial de Medicamentos de la Organización Mundial de la Salud, Germán Velásquez explicó su preocupación dado que “la financiación privada condiciona las decisiones de la OMS”. En esa época era mucho ya el dinero que llegaba desde laboratorios. Este doctor trabajó más de 20 años en esta agencia de la ONU y lamenta que la Organización Mundial de la Salud “funciona en favor de intereses privados” porque “ha sufrido un proceso de privatización”. Hoy, que Estados Unidos retiró sus aportes a la OMS, resulta que es la Fundación Bill y Melinda Gates, un ente privado, que encabeza los aportes y por ende la influencia en el organismo internacional. En el gráfico (véase al lado) que actualmente figura en el portal de la OMS con fecha 2016-2017 figura como el mayor aportante EE.UU. le sigue la Fundación Gates, luego el Reino Unido y en cuarto lugar GAVI (Gates nuevamente), luego entes y países (enriquecidos).

 

 


¿Juicios contra Gates por efectos colaterales en sus vacunas?
Existen organizaciones, como GAVI, bajo la órbita de Gates, que tienen un largo historial de ayuda a los países de medios y bajos ingresos para que accedan a inmunizaciones fundamentales. Muchos medios sostienen que hay en su contra juicios millonarios por daños irreversibles. (Como ejemplo:
Dsalud.com/reportaje/procesara-el-tribunal-supremo-indio-a-bill-gates).
Sin embargo, de esas notas sobre juicios en la India por haber dañado un montón de niñas con vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) solo nos atrevemos a repetir que Chequeado (que a su vez le cedió su nota a Clarín publicada el 23 de junio) dice que “El primer ministro de India, Shri Narendra Modi, publicó el 14 de mayo último -a raíz de las desinformaciones que circulan sobre este tema- un comunicado en el que expresa la conversación que mantuvo con el empresario Bill Gates, a quien le «agradeció el trabajo relacionado con la salud que realiza la Fundación Gates no solo en India sino también en muchas otras partes del mundo, incluso para coordinar la respuesta global a la COVID-19».”
Así que no pudimos dilucidar si “cuando suena el río es porque piedras trae” o si son falsas noticias.


“Conociendo hoy la cura hacer otro camino es de asesino”
Pasquale Mario Bacco es uno de los médicos e investigadores italianos que desoyeron hace meses las órdenes de no hacer autopsias a los fallecidos por Covid-19. Entrevistado por Fernando Ferreira (en Tertulias Liberales, Youtube*) explica, entre otras cosas, que no es necesaria ninguna vacuna contra esta enfermedad.
Cuenta que luego de las autopsias -momento en que dejamos de recibir las noticas terribles de Italia- descubrieron que con antiinflamatorio, antibiótico e hidroxicloroquina la mayoría de los pacientes salen a flote. En los casos más graves se agrega: ozonoterapia y la terapia con plasma. No solo cura, sino que sostiene que el tratamiento así cuesta apenas 23 euros y lo contrapone a los costosos respiradores que salieron hasta 30 mil euros (en Italia) a los que no se llega con un tratamiento correcto y que de hecho fueron sobrevalorados y le han costado la vida a muchos pacientes. Es más, el 18 de julio en la Cámara de Diputados de su país dijo (véase en Indymedia) este mismo médico que el tratamiento con respiradores directamente mataba los pacientes quemándolos por dentro.
En relación al método de sanación que propone nos llamó la atención que según el portal de Télam, en la sección Confiar, diga que la OMS abandonó el 4 de julio los ensayos de hidroxicloroquina, y otras drogas, por haber considerado que no son efectivas contra el Covid-19. El portal de la OMS confirma eso y además insiste en que al ser un virus no sirve el antibiótico. Sin embargo, la avalancha de casos mermó en Italia luego del tratamiento del equipo del Dr. Bacco donde ya la situación de la pandemia está más controlada. ¿Será por el tratamiento o por otro tema?


 

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