Será justicia
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Julio
Simón, conocido por
sus víctimas como “El
Turco Julián”,
fue condenado ayer a 25 años
de prisión. El represor,
ex suboficial de la Policía
Federal, fue considerado culpable
del secuestro de José
Poblete y Gertrudis Hlaczik,
así como de las torturas
a las que ambos fueron sometidos
en el centro clandestino de
detención El Olimpo
y del ocultamiento de su hija,
que fue recuperada en 2000.
Fue la primera sentencia después
de más de 20 años
de impunidad, iniciados con
la sanción de las leyes
de punto final y obediencia
debida.
En
una nota realizada a la madre
de José Poblete, después
de conocer el fallo, habría
dicho: “Se está
haciendo justicia, ahora es
por mi hijo y mi nuera. Pero
no es sólo por ellos,
es por los 30 mil desaparecidos.
Para que esto no vuelva a
ocurrir”.
Horacio
Verbitsky termina su nota
en Página/12 diciendo
que “No es casual que
el primer condenado haya sido
un suboficial de la Policía
Federal como Simón,
que también trabajó
para los grupos de tareas
del Ejército y de la
Armada. Era un asesino bestial,
pero también un pobre
infeliz, sin amigos ni familia,
que vivía en el campo
de concentración y
dormía sobre la mesa
de torturas. En La Plata avanza
al mismo tiempo el proceso
contra un represor de mayor
rango, pero también
policía, el comisario
Miguel Etchecolatz, quien
tiene veleidades ideológicas
y hasta ha publicado un libro
reivindicativo de la dictadura.
En cambio no se han iniciado
aún los juicios en
contra de las altas jerarquías
de las tres Fuerzas Armadas
que condujeron el terrorismo
de Estado; apenas hay unos
pocos expedientes en demorada
etapa de instrucción
por las responsabilidades
de los hombres de negocios
en cuyo beneficio se secuestró,
torturó y asesinó
en la Argentina dictatorial,
como los principales directivos
de Mercedes-Benz y Ford y
es insuficiente el grado de
reflexión pública
acerca de la incidencia de
los crímenes hasta
hoy impunes de la dictadura
en la devaluación de
los derechos humanos en la
vida cotidiana de la sociedad
actual. Sólo si la
sentencia de ayer se entiende
como un paso más en
esa imprescindible dirección
podrá disiparse la
incómoda sensación
de que el condenado Simón
(y su bien merecido castigo)
sea apenas una cabeza de turco.”
Será justicia.
U.K.
Bs. As. 5/8-2006
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