Riachuelo:
un basural a cielo abierto
A la exigencia de la
Corte Suprema de la Nación
para que los gobiernos involucrados
-el nacional, el provincial y el de
la Ciudad- limpien el río,
se le sumó en las últimas
horas el pedido de la nueva secretaria
de medio ambiente de la Nación,
Romina Picolotti, para que el Congreso
declare a la cuenca un peligro ambiental,
lo que parece mostrar la decisión
de los poderes involucrados en poner
fin a un sinsentido.
El
Riachuelo, con sus 80 kilómetros
de extensión, tiene por extremos
el Municipio de Cañuelas y
La Ciudad Autónoma de Buenos
Aires; a lo largo de su trayecto atraviesa
los municipios de General Las Heras,
Marcos Paz, Merlo, La Matanza, Ezeiza,
Esteban Echeverría, Almirante
Brown, Lomas de Zamora, Lanús
y Avellaneda.
A
la exigencia de la Corte Suprema de
la Nación para que los gobiernos
involucrados -el nacional, el provincial
y el de la Ciudad- limpien el río,
se le sumó en las últimas
horas el pedido de la nueva secretaria
de medio ambiente de la Nación,
Romina Picolotti, para que el Congreso
declare a la cuenca un peligro ambiental,
lo que parece mostrar la decisión
de los poderes involucrados en poner
fin a un sinsentido.
Alrededor
de 4.885.000 habitantes -el 13,5 por
ciento de la población argentina-
están en contacto directo con
la cuenca; el 55 por ciento carece
de cloacas y el 35 por ciento no tiene
agua potable.
En
un país en el que la problemática
medioambiental parece haberse puesto
de moda (en buena hora), un despropósito
a cielo abierto y de la magnitud del
Riachuelo no puede tener cabida.
A
la contaminación producida
por el vuelco en el afluente de basura
doméstica y desechos cloacales,
se le suma la causada por la actividad
industrial: son cerca de cien las
empresas que a diario desechan tóxicos
de diversa naturaleza en el curso
del Riachuelo.
Es
con respecto a esto último
la desconfianza que muestran los vecinos
de Dock Sud, dado que no creen que
los gobiernos nacional y bonaerense
tengan la decisión -y porque
no, la posibilidad- de erradicar el
polo petroquímico anclado en
el Sur de Buenos Aires.
El desarrollo poblacional e industrial
en los alrededores de la cuenca ocurrió
sin la infraestructura necesaria para
tales casos: sin servicios, sin planes
de desarrollo y, en muchos casos,
en zonas fácilmente inundables.
No
es difícil suponer los alcances
que para la salud pueda tener el Río
y sus afluentes cuando desborda e
inunda las casas y casillas que en,
por ejemplo, Lomas de Zamora se levanta
a escasos metros.
Es
la zona de la cuenca baja la más
contaminada, aquella que comprende
el primer cordón bonaerense
y el Río de la Plata donde
finalmente desemboca. En el tramo
superior el río drena sin mayores
problemas, mientras que en su curso
inferior enfrenta, además de
la mayor contaminación industrial
y doméstica, la disociación
entre los procesos culturales y los
fenómenos naturales a la hora
de la planificación territorial.
Los basurales a cielo abierto, las
curtiembres, los mataderos, las papeleras,
las petroleras, las químicas,
las alimenticias, son (aunque no las
únicas) actividades que permanentemente
polucionan la salud del río
y, por ende, de la población
que lo circunda.
La
dispersión de contaminantes
ocupa áreas y lugares insospechados
como, por ejemplo, el suelo, las manos
y los juegos. La exposición
permanente a los contaminantes puede
tardar años en mostrar sus
efectos; mientras que una gran mayoría
de las enfermedades están relacionadas
con el neuro-desarrollo, lo que conlleva
la irreversibilidad del problema.
Hernán Buodo
Agencia Walsh, Bs. As. 13/07/2006
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