La
Haya rechazó el reclamo argentino
La Corte Internacional
de Justicia, con sede en La Haya rechazó
hoy el pedido del gobierno argentino
de frenar las obras de las pasteras
con catorce votos contra uno. De todos
modos indicó que Uruguay es
responsable de evitar la contaminación.
La Corte de La Haya rechazó
conceder a la Argentina una medida
cautelar que obligue al Estado uruguayo
a exigir a las pasteras Botnia (Finlandia)
y ENCE (España) que suspendan
las obras de las plantas de celulosa
que contruyen en Fray Bentos.
"La
Corte, por 14 votos contra uno, encuentra
que las circunstancias del caso no
son tales como para dictar medidas
cautelares que suspendan la autorización
(dada por el gobierno uruguayo a Ence
y Botnia) ni la construcción
de las plantas sobre el río
Uruguay", comenzó la presidenta
del máximo tribunal internacional
según La Nación. Tampoco
se logró demostrar que habrá
un daño inminente; para la
Corte tampoco "existe indicio
que indique que la decisión
de autorizar la construcción
de las plantas implique una amenaza
inminente al medio acuático
del río Uruguay, o a los intereses
económicos y sociales de los
ribereños".
Sin
embargo, aclaró que "esta
decisión tampoco afecta el
derecho argentino a futuro",
ya que Argentina "podría
presentar otras solicitudes de medidas
cautelares en el caso de que hubieran
nuevos hechos" que profundicen
la controversia entre ambas naciones
por el Río Uruguay.
Según aclaró, la resolución
comunicada hoy respecto del reclamo
argentino de medida cautelar es sólo
para "esta etapa del proceso
de construcción de las plantas".
Por
otra parte, la Corte dejó en
manos de la CARU, que es el comité
binacional de administración
del Río Uruguay, la función
de "garantizar" que no exista
contaminación en el recurso
fluvial compartido por Argentina y
Uruguay.
Como
anecdótico cabe comentar que
una jueza británica dijo sin
pelos en la lengua que "la amenaza
de contaminación no es inminente
porque las plantas no empezarán
a funcionar antes de agosto de 2007
en uno de los casos, y de agosto de
2008 en el otro caso". En otras
palabras: de qué se quejan
si aún no contaminan (pues
están en etapa de construcción).
Y después dicen que los europeos
planifican...
Más allá
que todo el embrollo de las papeleras
pareciera una especie de envidia de
ciertos gobernantes argentinos porque
se construyen en el pasito de al lado
pienso que es incongruente -respecto
al Mercosur-y absurdo que se vaya
a reclamar a un tribunal internacional
conducido por los países dominantes
cuya política consiste, en
breves palabras, en cuidar su medio
ambiente y contaminar el tercer mundo.
Porque bien sabemos todos lo flexible
que pueden ser la leyes –que
las hay- en países pobres y
cómo el dinero pesa más
que la justicia.
En
definitiva continúan las políticas
de monocultivos (en el caso: eucaliptus,
pero bien puede ser soja o maíz
transgénicos) que erosiona
la tierra y siguen fijando a estos
países en su rol colonial.
R.S.
Bs. As. 13/7-2006
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