Etchecolatz:
condenado por genicida
El
represor Miguel Osvaldo Etchecolatz
fue condenado a la pena máxima
de reclusión perpetua
por asesinatos, secuestros
y torturas, delitos que el
tribunal juzgó como
"de lesa humanidad cometidos
en el marco de un genocidio".
Es la segunda condena por
crímenes de la última
dictadura después de
la anulación de las
leyes de Punto Final y Obediencia
Debida.
El ex comisario fue citado
a brindar declaración
informativa en el Juicio por
la Verdad, que desde 1998
se sigue en La Plata por la
desaparición de más
de 2.000 personas, en el marco
de la investigación
sobre la desaparición
y asesinato de cuatro integrantes
de la familia del actual embajador
Carlos Bettini, destacó
un despacho de la agencia
Télam.
Según
la Agencia Walsh: “En
noviembre de 1976 fue desaparecido,
y aún continúa
en esa condición, Marcelo
Gabriel Bettini Francese,
de 19 años, estudiante
de Derecho. Meses después,
cuando buscaba a su hijo,
corrió la misma suerte
su padre, el ex fiscal federal
Antonio Bautista Bettini.
Al poco tiempo, desapareció
también su yerno, el
capitán de fragata
Jorge Devoto, después
de ingresar al Edificio Libertad,
de la Armada. A fines de 1977,
cuando parte de la familia
se había exiliado en
España, entre ellos
el actual embajador Bettini
y su madre, Marta del Carmen
Francese, fue desaparecida
Mercedes Hourquebie de Francese,
la suegra de Bettini. El ensañamiento
contra esta familia fue tal
que hasta su chofer, Alfredo
Temperoni, fue secuestrado
y detenido en centros clandestinos,
aunque después fue
liberado. La persecución
contra los Bettini habría
comenzado a partir de la denuncia
que un particular habría
hecho a la policía
o a las Fuerzas Armadas por
la venta de una casa en Mar
del Plata y que el producto
de esa transacción
estaría destinado a
financiar la subversión,
según se ventiló
en el Juicio por la Verdad.”
En
Página/12 comentaban
que el Salón Dorado
durante el juicio se colmó
de militantes de organismos
de derechos humanos y que
la tensión era grande.
Etchecolatz estaba rodeado
de penitenciarios e innumerables
policías. Ante el disturbio
varias Madres de Plaza de
Mayo gritaron “¡Bastaaaa!”.
Otro exclamó que “Nosotros
le dimos garantías
a la defensa...”. Ante
lo que un militante de H.I.J.O.S.
habría respondido:
“¿¡Y qué
garantía tuvieron nuestros
viejos!?”
Cuando el juez finalmente
pudo leer la sentencia, dice
Página/12 que “militantes
de H.I.J.O.S. estallaron en
gritos, cantos, lágrimas,
abrazos. Algunos se acordaban
de Julio López. Otros
llamaban a sus abuelos. Y
todos coreaban: «Vas
a la cárcel, Etchecolatz,
no es el Estadoooo es la lucha
populaaaaar».”
Sabemos por medios radiofónicos
que el torturador al enterarse
de la sentencia, y ya manchado
con pintura roja que le tiró
algún familiar de alguna
víctima, besó
una cruz cristiana.
U.K.
Bs. As. 21/9-2006
PD.Hoy por hoy la mayor preocupación
es que un testigo clave en
la causa -Jorge Julio López-
continúa desaparecido
(desde el 18/9) con el riesgo
que dicha connotación
conlleva cuando se trata de
un juicio a un genocida de
la última dictadura
militar. Los organismos de
derechos humanos están
preocupados y presionan al
gobierno para hallarlo.
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