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Un año de El Marité en Almagro: “El arte ayuda a la integración”

Está en Hipólito Yrigoyen 3980.

“El arte ayuda a la integración”, sostienen los integrantes del espacio cultural El Marité, en la avenida Hipólito Yrigoyen 3980. Abrió sus puertas durante el otoño de 2018 y depende de la ONG La Casa del Sur, que desde hace más de 25 años atiende a pacientes drogodependientes. Aquí hay talleres, exposiciones, ferias, teatro, lectura de poesía, proyecciones de cine para adultos y niños. También asisten pacientes que han sido externados de casas de internación, que están en tratamiento ambulatorio.

Marcelo Plotnik es psicólogo clínico y trabaja en la dirección de la ONG. Ante este medio, expone: “Desde siempre en La Casa del Sur tuvimos un área de arte y difusión, no solo para nuestros pacientes sino para la comunidad”.

“Hicimos todo el esfuerzo por abrir este centro cultural en Almagro, es a pulmón y con mucha satisfacción”, agrega.

“Hacemos todo tipo de actividades, con la ambición de tener un vínculo con la comunidad del barrio. La idea de la institución es mantener una comunicación activa. Acá está abierto a todo lo que tenga que ver con intercambio cultural”.

Los chicos que salieron de casas de internación, que están en tratamiento ambulatorio, tienen su propio espacio de reunión y actividad cultural los sábados. Además, tienen asistencia ambulatoria por parte de profesionales de La Casa del Sur tres veces por semana.

En paralelo, desde El Marité sus integrantes mantienen una férrea defensa por la calidad en la salud mental: “Con la Ley de Salud Mental se plantea el cierre de lugares de internación, lo que deviene en que todo termine tercerizado. Desde hace varios Gobiernos que el Estado se borra en sus responsabilidades y recae en el trabajo de las ONG, a las que no ayuda”.

Ricardo es el coordinador de El Marité y cuenta que los lunes y miércoles hay taller de Taekwondo y que los sábados iniciará uno de cerámica. Se suman actividades especiales los fines de semana como ferias o música en vivo. Repasa que hubo talleres de yoga, encuadernación.

Ambos definen a este espacio como “un retoño cultural del barrio al que le dimos agua y volvió a crecer”. A esta conclusión llegaron luego de una de las primeras visitas vecinales, apenas abrieron: “Vino una señora muy mayor, es probable que tuviera más de 80 años, y pasó a ver el lugar. Se paró frente a uno de los espejos, en la sala del fondo y nos contó que cuando ella era pequeña el dueño del edificio (que alcanzaba este lote y el de al lado) había montado un cine privado para el barrio, proyectaba películas gratis para los pibes, los vecinos. No era un espacio cultural, era una movida de él. El espíritu de esa dinámica perduró, ahora la retomamos nosotros”.

En estos meses hubo exposiciones, obras y fechas culturales. Las han protagonizado, entre otros, los artistas Silvana Marotta y Fernando Bench, Rodrigo Cardenas, Laura Salinas y alumnos, La Puerta Verde, Los Caravana Teatro, Isadora Capraro, Marcelo Bertuccio.

También se realizó el Concurso Internacional de Obras de Teatro Breve “Marité Repetto” y se proyectó el documental sobre Santiago Maldonado.

Además, Ricardo cuenta: “Son bienvenidos quienes tengan propuestas”. Se entusiasma con la idea de que en esta zona de Almagro se genere un polo cultural: “Estamos hablando con otros centros culturales de la zona para poder articular acciones, es complicado y lleva tiempo; hay que remar”. Por caso, cuenta que esta semana estuvo la gente del festival de cine por los derechos humanos, hicieron las reuniones de coordinación.

“Es un momento delicado para la salud mental y para la cultura, se ve en la situación del país. Desde este espacio cultural buscamos poner nuestro granito de arena, una luz que brille un poco entre la oscuridad”, concluye Marcelo.

 

J.C.

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