Bastián A. y Rocío R. atienden la parada de diarios de Corrientes y Salguero y a la vez filman películas independientes con la actuación estelar de vecinos y trabajadores de la zona.
“Mi actor fetiche es Rubén, el portero de la vuelta”, dice Bastián, realizador audiovisual de vocación, en el café de esquina, frente a la parada de diarios y revistas que atiende hace cinco años. En dupla creativa con su compañera la actriz Roció R. escriben, filman, editan y distribuyen películas y cortos independientes que protagonizan vecinos y trabajadores de la zona. “Los papeles muchas veces surgen de conocerlos y saber qué les gusta”, aseguran.
Mientras cuentan su historia, Bastián y Rocío bromean con Carlos, mozo del lugar y compinche de sus aventuras culturales. Es una de muchas charlas y risas que experimentan durante la jornada. “En esta parada de diarios se generó una locura linda. Venís un día a las siete de la mañana y estamos a todo volumen con un tema de Nick Cave mientras tomamos mate y los viejos hojean los diarios. Vienen acá a compartir su tiempo. Es todo un delirio bárbaro”, cuenta él.
Hace dos meses empezaron a rodar “Planes que no resultan según lo planeado”, segundo largometraje de esta dupla. De hecho, el tráiler ya da vueltas en internet. Esperan estrenar el año que viene. “Trabajan los mozos, los porteros, las personas que compran diarios. Les asignamos papeles para que sean parte de esto. Las historias las escribe Bastián, se basa en los gustos personales de cada uno”, dice Rocío. “Cuando estamos con la cámara, depende cómo viene la persona. Hay diálogos, pero nos quedamos con lo espontáneo, lo que surge en el momento, esto da lugar al delirio; no son actores y ahí juega mucho lo esencial”, agrega él.
Bastián resume: “El punto de partida es un escritor que, luego de fracasar en su profesión, quiere poner fin a su vida y no lo logra. Luego aparecen los demás personajes con historias entrelazadas. Están todas marcadas, como dice el título, por desventuras y finales no planeados”. “Tomamos elementos característicos del barrio ya que una de las historias ocurre durante el carnaval, que en verano se hace en esta esquina. Una vecina se quería vestir de hombre y ahí pensamos un personaje que se disfraza de su padre durante el corso para zafar de pagar deudas”, ejemplifica.
Roció asegura: “Es genial ver cómo se copa la gente, verlos venir para hacer las escenas. Ahora hicimos una pausa para que la gente grande no tenga que salir con este frío, más sobre la primavera retomamos con fuerza. Que se involucren es genial”.
Otro proyecto cultural es empapelar esta parada de diarios con retratos de vecinos y trabajadores. “Se generó una pertenencia, se volvió un sitio de encuentro. Está bueno reforzar eso, marcar que hay una identidad”, dicen.
Antes, Bastián revendía películas: “Estar encerrado grabándolas me hizo encerrarme. Como la venta bajó, compré la parada de diarios. Pasé de estar solo y ahí me choqué con mil personas. Fue un cambio muy brusco. Empecé a estudiar cine. Todas las películas que había mirado me sirvieron como una gran clase maestra. Entonces empecé a hacer miniseries y cortos. El cine me hizo sentir útil en algo. Uní el cine con la vida y me cambió”.


En esa transformación se sumó Rocío: “Él empezó haciendo cortos y vídeos musicales. Yo lo conocí cuando participé en un video musical y de ahí surge todo”. Luego, encararon un proyecto más ambicioso. Hicieron el largometraje “Dolores, un día se quedó sola”, estrenado este año. Ambos participaron en todo el proceso creativo y durante varias jornadas filmaron en una terraza de Lomas de Zamora, antiguo barrio que Bastián cambió por la zona de Congreso.
“Estuvimos como un año en esa terraza. Filmaba a Rocío con la cámara en una mano y las luces en otra. Es la historia de una persona que un día se queda sola, no aparece nadie a su alrededor. En esa soledad, ella encuentra que nadie la lastima, ve que es feliz así. En un momento empieza a escuchar voces, se cae de la terraza, se da un golpe y ve que imaginó todo. Ella se había encerrado y el golpe la hace recapacitar. Es una comedia con toques de drama”, dice Bastián.
Rocío cuenta: “Estudio teatro y hago obras, pero nunca antes había estado frente a cámara. Fue algo nuevo, él me ayudó a sacarme la vergüenza, dirigió bien. Para componer al personaje tuvimos mucho tiempo, fue un trabajo conjunto hasta encontrarlo. Él me explicó lo que quería y me contó su historia. Luego todo fluyó. La historia de Dolores me involucró, somos parecidos. Entendí y cuando interpretaba a Dolores también lo interpretaba a Bastián. Ahora filmar representa nuestra vida misma”.
El largometraje se ve en circuitos independientes, hay reseñas favorables que lo sitúan como una pieza de culto, por su sensibilidad y puesta en escena. “La satisfacción es doble por hacer el esfuerzo recontra a pulmón”, dicen. Con los vecinos actores, compinches de sus aventuras culturales, Rocío y Bastián continúan, cámara en alto, con sus películas: “Con la fuerza de todos se empuja para que estos proyectos sean una realidad”.

J.M.C.

También te puede interesar