El legado de la prestigiosa escultora María Juana Heras Velasco (1924-2014) está vivo en el barrio de Balvanera.
En Viamonte, casi esquina Ecuador, está su Archivo, organizado tras su muerte, en la casa que usó de taller. Nos recibieron Fernanda Heras, una de sus sobrinas, y Victoria Lopresto, ambas son licenciadas en arte y trabajan para ordenar la documentación y catalogar la obra de Juana. Proyectan a futuro una exposición retrospectiva y un libro que dé cuenta de su trayectoria. “La distancia histórica ayuda a verla. Nunca se la terminó de enlazar a una corriente, esperamos que a través del archivo se pueda conocer más profundamente su obra”.
Caminar por el archivo es estar de visita en el museo, deambular por callejas espontáneas que se trazan entre bases de esculturas, pinturas y grabados. Las obras están cubiertas para resguardarlas, también fichas identificatorias. De lejos se ve el rigor para que cada pieza tenga un nombre, una fecha, una historia.

En sus inicios fue alumna de Emilio Pettoruti y de Lucio Fontana. Estuvo en contacto con artistas de la abstracción y se inspiró también en el constructivismo ruso. “La han ubicado dentro de la llamada geometría sensible, pero a ella es difícil encasillarla dentro de la historia del arte, no adhirió en forma plena a una corriente. Utilizó como materiales la chapa de hierro policromada, los materiales de la industria y con ellos aludió al paisaje urbano y su señalética”, explica Fernanda y agrega: “Juana vivía en Sarmiento y Riobamba. En 2014 trasladamos acá todos sus objetos. Es un proceso delicado por lo técnico y por lo emocional”.
El archivo ha colaborado con la producción de exposiciones prestando obra de María Juana a instituciones públicas y privadas, así como también ha aportado información necesaria para la restauración de obras del patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes y del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
La escultora recibió, entre otros el premio Konex; el premio Cultura Nación, Premio Tres Arroyos, Academia Nacional de Bellas Artes; Primer Premio Fundación “Fortabat”, Museo Nacional de Bellas Artes; premio “Leonardo” a la trayectoria, Museo Nacional de Bellas Artes. Estuvo a cargo de la materia Escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” y fue jurado en varios certámenes.
Varias de sus obras están en el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes. También en University of Essex, Collection of Latin American Art, Essex, Reino Unido y Embajada Argentina en Venezuela. Numerosos coleccionistas privados tienen trabajos suyos.
La escultora en vida diseñó varias esculturas que todavía no se han ejecutado. Una de ellas se iba a instalar en Puerto Madero. El caso más famoso es un monumento a Juan María Gutiérrez, en Recoleta, en cumplimiento de la Ley 2.589 de 2007.
“El monumento fue resultado de un concurso organizado por el Comité ejecutivo y Comisión nacional pro- monumento a J. M. Gutiérrez (Ley Nacional 25366) año 2004. A este concurso la invita el comité en 2005 (Quiroga Lavié le escribe). Ella acepta participar, hace su envío y gana. El jurado (Guillermo Roux, Clorindo Testa y Osvaldo H. Schenone) declaran ganadora por unanimidad a la propuesta de María Juana el 20 de julio de 2005. Este premio consistía en $30.000”, cuenta Fernanda. “La legislatura porteña sanciona la Ley 2.589 que autoriza el emplazamiento del monumento frente a la Facultad de Derecho. A pesar de esto y habiendo presentado todo lo requerido para su ejecución, el premio no fue entregado. La entrega del premio nunca fue efectuada a pesar de haber enviado en 2006) toda la documentación requerida en cuanto a procedimientos constructivos y presupuesto de ejecución cuyo monto total era, en ese entonces, de $34.100”, añade.
Desde 2008 Juana envió notas a la administración porteña, pero nunca hubo una respuesta favorable. En 2010 ella tuvo el ACV que la dejó inhabilitada a seguir con su tarea artística. Falleció en 2014 sin ver su obra emplazada en la calleja de la Facultad de Derecho, misma zona que hasta hace pocas semanas estuvo en obra por la apertura de la estación de subtes Facultad de Derecho de la Línea H.
Si bien el limbo en que está el monumento a Juan María Gutiérrez genera amargura entre quienes llevan adelante el Archivo, continúan con la tarea de recuperar la vida de esta brillante escultura y vecina del barrio.

Tomás López

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