Se acercan las fiestas de fin de año, cuya tradición propone no solo un balance para un nuevo comienzo cargado de nuevas promesas, sino lo que puede llevarnos a una profunda reflexión sobre cómo estamos viviendo nuestras vidas, y pensar en lo que queremos realmente para lo que nos quede de esta existencia. Y uno no vive aislado, vivimos en una gran ciudad, una capital, rodeados de gente y por ende dentro de un sistema que a su vez responde también, está cada vez más claro, a un orden mundial comandado por tecnócratas que van tras su utopía, que para cualquier vecino significa un mundo de control absoluto.
Como reflexión personal me veo más maduro, consciente de muchos efectos en mi vida por causas previas, pero buscando hacerme responsable de la realidad que me tocó y que también fui construyendo. A esta revista también la percibo ya como un ser adulto, como con vida propia, que con mayor o menor esfuerzo siempre me acompaña, así como a otros, y pretende a su vez respaldar a todo un barrio que la vio nacer. Si bien está un poco disminuida, fruto de tanta restricción y encierro -porque aprendimos que tenemos que atenernos a los ciclos- me alegro que la revista siga viva, saliendo mes a mes pese a todo, muy activa con su portal de noticias en Internet, y con un potencial increíble para volver a crecer en tiraje y cantidad de páginas. Esto claro que también dependerá de ustedes, lectores, amigos, vecinos, suscriptores y anunciantes.
En cuanto al barrio del Abasto lo veo más despierto de noche, con mucha actividad. Sin embargo, en las horas que proponemos acompañarlo bastante decaído. El comercio diurno lucha por continuar, hay mucho recambio y mucha incertidumbre. Los precios nos vuelven locos a todos, si dolarizamos no podemos trabajar, sin embargo, muchas cosas se mantienen en esa moneda aunque lo disfracen de pesos.
En cuanto al panorama general prefiero verlo con ojos cargados de optimismo, creyendo que la gente se va a dar cuenta de la gran manipulación existente, donde se vuelve a proponer enfrentar hermanos con hermanos. Que como dice el Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.”
La madurez nos tiene que orientar hacia el verdadero camino, escuchar más nuestro corazón, descifrar bien lo que sucede a nivel social y comprender que debemos reflexionar diariamente sobre nuestro aporte a nuestra sociedad, a nuestros amigos y a nuestra familia.
¡Les deseo un 2022 con mucha prosperidad, salud, amor y felicidad!
¡Felices fiestas!

Rafael Sabini
info@revistaelabastro.com.ar

También te puede interesar