El reclamo por un espacio verde en la esquina suroeste de Gallo y Corrientes vuelve a tomar impulso luego de varias décadas de pausa.
Tiempo atrás, un grupo de vecinos del Abasto pedía construir una plaza y bautizarla Osvaldo Pugliese, en homenaje al icónico tanguero que vivió a pocas cuadras, en Corrientes y Mario Bravo.
Más tarde, el terreno fue ocupado por unas 40 familias que construyeron viviendas de emergencia, a las cuales dotaron de negocios a la calle. Pese a una resistencia legal y en las calles, fueron desalojados en 2018. Luego, quienes se presentaron en la Justicia como propietarios rodearon el lugar de cartelones y fijaron letreros que adelantaban la llegada de un edificio premium, como tantos otros a la redonda.
No hubo avances sustanciales hasta mediados de este año, cuando el Gobierno porteño y los propietarios firmaron un acuerdo para edificar una torre de 73 metros, saltando la normativa vigente que permite la tercera parte, a cambio de dinero para financiar obras en el microcentro, afectado por la pandemia según fuentes oficiales.
En ese momento, los vecinos del Abasto, en alerta y movilización, realizaron protestas de distinto tipo en el territorio y también frente a la Legislatura porteña. Retomaron el antiguo pedido de la plaza y propusieron llamarla Tita Merello, parte fundamental del tango y quien popularizó a esta zona en la icónica película “Mercado de Abasto” (1955).
No se continuó con el pedido antiguo de llamarla Pugliese. En la actualidad, sobre Corrientes, Scalabrini Ortiz y Luis María Drago existe un monumento al célebre pianista sobre una prolongación triangular de la acera, que es comúnmente denominada “Plazoleta Osvaldo Pugliese”, pese a no llevar denominación oficial.
El proyecto para edificar en altura sobre el Abasto avanzó rápido en la Legislatura porteña, pero el día de la votación final se lo quitó del temario. El bloque oficialista Vamos Juntos adujo temas técnicos, pero este medio pudo saber que trabajadores del GCBA estuvieron en el barrio entrevistando vecinos y comerciantes, preguntándoles qué les gustaría que se construya en ese terreno. Se trasluce que hay otras motivaciones por fuera de lo arquitectónico.
Que no se haya votado la Ley para construir la torre en Gallo y Corrientes dio esperanza y coraje a los vecinos para continuar con su reclamo por un espacio verde en uno de los sectores más cementados de la Ciudad, a tono con otras luchas que han dado sus frutos como la del Parque de la Estación y Plaza Fumarola (corredor de Perón, entre Jean Jaurès y Gallo).

Cronología de un convenio urbanístico
En agosto de este año el Gobierno porteño firmó un convenio urbanístico –figura para resolver temas puntuales que no fueron aclarados en la normativa porteña como el Código Urbanístico- con quienes se presentan como titulares de este terreno, que antiguamente perteneció a la traza de la ex Autopista 3 (Saavedra-Nueva Pompeya) ideada por el intendente de la dictadura Osvaldo Cacciatore. La misma nunca fue construida, pero demandó la demolición y expropiación de varias casas y manzanas enteras.
El acuerdo entre partes consistía en que el GCBA permitía edificar un inmueble en torno a los 26 pisos (73 metros) en una parcela donde solo se permitían ocho, según la normativa del Código Urbanístico. A cambio, los propietarios, entregaban dinero al Estado de la Ciudad (1.908.798 Unidades de Valor Adquisitivo – UVA) para que lo destine a obras de infraestructura en el microcentro porteño.
Los 73 metros iban a estar hacia el interior de la manzana. Sobre el frente de Gallo proyectaron casi 30 metros y sobre Corrientes, 40. Ambos a la misma línea que los edificios linderos. Sobre la ochava llegaba a los seis metros de alto.
La torre iba a tener una volumetría de 13.319 metros cuadrados y el acuerdo incluía que sobre la esquina se debía destinar una superficie mínima de 221 metros cuadrados como espacio libre de accesibilidad pública. No necesariamente debía ser parquizada o tener mobiliario público.
El convenio se incluyó junto a otros 14 en un proyecto de Ley con firma del Poder Ejecutivo, el cual ingresó a comienzos de septiembre. A fin de mes, con Despacho favorable en la Comisión de Planeamiento Urbano, tuvo media sanción (primera lectura) en la Legislatura porteña, luego de retirar cuatro propuestas de edificación.
La Audiencia Pública correspondiente entre primera y segunda lectura se celebró en dos jornadas (19 y 23 de noviembre), debido a que hubo casi 400 vecinos y representantes de fuerzas vivas inscriptos. Entre ellos hubo miembros de los Consejos Consultivos Comunales 3 (Balvanera y San Cristóbal) y 5 (Almagro y Boedo), Comuna Gardel, Proteger Abasto, entre otras.
Fue un buen número al comparar con otras audiencias que rondan la docena de oradores. Se suma así al hito con más de 7.000 inscriptos por la rezonificación de Costa Salguero y la de la ex Ciudad Deportiva de Boca en Costanera Sur, con más de 2.000.
El 26 de noviembre se volvió a tratar en Planeamiento Urbano, con una protesta vecinal en la puerta exigiendo ingresar al edificio a hacer oír su voz durante el encuentro, algo que no tuvo lugar.
Luego, el jueves 2 de diciembre se iba a votar la segunda lectura (sanción definitiva) con los 11 convenios urbanísticos. En el Despacho y la labor parlamentaria (temario) figuraba la futura torre del Abasto, pero el presidente de la Comisión de Planeamiento Urbano Daniel del Sol (oficialismo Vamos Juntos) aclaró que se retiraba la propuesta por deficiencias técnicas.
Fue así que se votó la sanción definitiva de 10 convenios urbanísticos, incluido uno muy cercano en la esquina suroeste de San Juan y Alberti, donde en la actualidad hay un edificio antiguo a medio demoler.

La Resistencia Verde continúa
Entre el lunes 29 de noviembre y el domingo 5 de diciembre distintas asambleas –reunidas en el colectivo La Ciudad Somos Quienes la Habitamos– celebraron la Resistencia Verde, un conjunto de protestas y acciones culturales para repudiar la política de planeamiento urbano del GCBA.
Dentro de la grilla de actividades, vecinos integrantes del Consejo Consultivo Comunal 3 realizaron el 3 de diciembre un acto en la esquina de Perón y Ayacucho, en Balvanera, para exigir que allí se construya un espacio verde público.
Durante el encuentro se juntaron más de 400 firmas para un petitorio sobre la construcción de la plaza, informaron los vecinos a este medio. Además, participaron integrantes del Grupo de Teatro Popular Arte en Lucha y transmitió en vivo Radio Semilla.
“Ante la imperiosa necesidad de más espacios verdes en los barrios de San Cristóbal y Balvanera, les vecines del eje «Espacio Público y Ambiente» del Consejo Consultivo de la Comuna 3, invitamos a la comunidad a participar de la jornada que estaremos realizando en la esquina de Perón y Ayacucho”, señalaron desde la asamblea donde participan vecinos de ambos barrios.
“Nuestra propuesta es que los terrenos y construcciones a demoler que están en venta, sean destinados a espacios verdes y de recreación públicos. Nuestra comuna es la 2º de la ciudad con la menor cantidad de mts2 verdes por habitante, un total de 4,92 m2”, sumaron.
Luego, el sábado 4 de diciembre los vecinos se reunieron en la esquina suroeste de Gallo y Corrientes para exigir la construcción de la plaza pública Tita Merello.
Participaron y convocaron vecinos del Parque de la Estación, Proteger Abasto, Patrimonio Almagro y Boedo, Comuna Gardel, Consejo Consultivo Comunal 3 (Balvanera y San Cristóbal).
Durante la jornada se juntaron más de 500 firmas en un petitorio por el espacio verde de Abasto. Del mismo modo, los vecinos escribieron distintas leyendas en pancartas que fijaron a los cartelones publicitarios que rodean el terreno.
Entre ellos había estos deseos: “Queremos más espacios para que jueguen nuestros hijos”; “Quiero un espacio vecinal para defender el patrimonio y encontrarme con amigos”; “Quiero sentir cantar a los pajaritos”; “Quiero una plaza donde los feriantes puedan trabajar y presentar sus productos”.
En adelante, continuará la lucha de los vecinos para exigir que este espacio se convierta en una zona parquizada para el disfrute de la comunidad del Abasto y alrededores.

J.M.C.


La Plazoleta Tita Merello que existió menos de cinco años

El 18 de diciembre de 1999 se inauguró la plazoleta con el nombre de la icónica tanguera en la cortada de Jenner y Combate de los Pozos, frente a la Autopista 25 de Mayo barrio de San Cristóbal.
En ese acto inaugural Tita, entonces de 95 años, no pudo estar presente por las altas temperaturas. No obstante, se comunicó por teléfono y expresó ante los vecinos presentes: “Yo aquí, con mis 95 años, con la garganta un poco cerrada para no llorar, me pregunto por qué rendirme homenajes a mí que lo único que hice fue trabajar. Gracias aunque la palabra esté gastada, gracias por dejar mi nombre en esa plaza. Soy una viejita que llora de día y de noche de emoción. Guarden mi voz y mi recuerdo como alguien que trató de pasar por la vida dignamente”.
El homenaje fue consensuado entre autoridades porteñas y la entonces Asociación Vecinal de San Cristóbal para Todos, evoca Clarín.
El acto se celebró con la presencia de la primera dama Inés Pertiné, esposa del entonces presidente Fernando de la Rúa. También estuvo el hermano de la actriz, los secretarios de Medio Ambiente y Desarrollo Regional de CABA.
No obstante, el homenaje duró poco, ya que el 9 de octubre de 2003 la Legislatura porteña aprobó la Ley N° 1.128 que “impone nombres a los espacios verdes públicos remanentes de la Autopista 25 de Mayo”, en San Cristóbal. Se efectivizó al año siguiente.
De este modo, se puso el nombre de “Ángela M. Aieta de Gullo” al espacio Tita Merello. Se trata de una persona detenida-desaparecida por la última dictadura militar.
En 1975, cuando su hijo Dante –dirigente de la JP-Regionales– fue detenido, comenzó a participar activamente en la Comisión de Familiares de Presos Políticos. Por ese motivo fue marcada por los grupos de tareas, quienes la secuestraron el 5 de agosto de 1976. Estuvo cautiva en la ESMA y fue arrojada al Río de la Plata en los llamados Vuelos de la Muerte, informan Espacio Memoria y desaparecidos.org.
Las plazoletas linderas recibieron nombres ligados a la lucha por los derechos humanos durante la última dictadura militar: “María Ponce de Bianco” (Jenner, entre Combate de los Pozos y Sarandí); “Delia Avilés de Elizalde” (Cochabamba, entre Pasco y Pichincha); “Ramona Gastiazoro de Brontes” (Cochabamba -vereda par-, entre Pichincha y Matheu); “Esther Ballestrino de Careaga” (Alberti -vereda impar- al 1300); “Matilde Vara de Anguita” (patio recreativo ubicado del lado sur de la Autopista, entre Rincón y Sarandí); “Irene Orlando” (jardín de Rincón y Cochabamba); “Rosa H. Cirullo de Carnaghi” (jardín de la calle Alberti, vereda par, entre Cochabamba y el acceso a la Autopista); “Elsa Rabinovich de Levenson” (vereda peatonal y jardín ubicado al norte de la Autopista 25 de mayo, entre Sarandí y Rincón).
En 2004 este cambio de denominaciones generó revuelo en la comunidad del barrio. Incluso la plazoleta “Ramona Gastiazoro de Brontes” antes se llamaba “Jorge Larroca”, en recuerdo del periodista y autor del libro de historia “San Cristóbal, barrio olvidado”, un hito de la barriología y el revisionismo territorial.
De todos modos, con el paso del tiempo las quejas se diluyeron y hoy son espacios de disfrute, tránsito peatonal y homenajes de familiares de detenidos-desaparecidos.
Por caso, el 2 de noviembre de este año se repusieron placas conmemorativas en las plazoletas Irene Orlando, Elsa Rabinovich de Levenson y Matilde Vara de Anguita. Esta acción se logró con la aprobación de varios proyectos de Resolución en la Legislatura porteña, por impulso del bloque Frente de Izquierda.

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