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El Gobierno porteño debe garantizar elementos de bioseguridad para trabajadores del Hospital Ramos Mejía, dispuso la Justicia

Ante una apelación del GCBA.

La Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires ordenó que el Gobierno porteño entregue elementos de bioseguridad a trabajadores del Hospital Ramos Mejía, tal como solicitaron en una acción de amparo. Es para atender pacientes sin contagiarse coronavirus. Esta instancia es en respuesta a una apelación del GCBA.

“De nada sirve que el Gobierno dicte sendas normas tendientes a incrementar la planta de enfermeros de los hospitales de la ciudad si no se les provee de los equipos adecuados para resguardar su salud e integridad”, sostuvo el tribunal.

La Sala l, integrada por los jueces Mariana Diaz, Carlos Balbin y Fabiana Schafrik, rechazó un recurso de apelación presentado por la Ciudad y confirmó una medida cautelar dictada a mediados de abril por el juez de primera instancia Leandro Fastman, consigna Revista Qué.

Como informó este medio, a mediados de abril delegados sindicales y trabajadores del Hospital Ramos Mejía impulsaron una acción de amparo ante la Justicia a fin de pedir que el Gobierno porteño y PROVINCIA ART den “cobertura integral de manera efectiva e inmediata de los insumos esenciales para evitar el contagio y la propagación del COVID-19”.

En el documento judicial, al que tuvo acceso este medio, detallan; “Escafandras, alcohol en gel, jabón para lavarse las manos, toallas descartables para secarse las manos, barbijos N95, barbijos quirúrgicos, termómetros infrarrojos, guantes estériles de nº 7, 7 y medio y 8, mamelucos hemorrepelentes, antiparras, camisolines de alta densidad, botas, guantes, cofias descartables y calzado cerrado lavable”.

“En el inicio de la pandemia los trabajadores no teníamos ninguna medida de prevención”, denuncian ante la Justicia y suman: “Actualmente trabajamos con los guardapolvos o ambos que se usan habitualmente, que no cuentan con una protección específica. Tampoco disponemos de alcohol en gel ni termómetros infrarrojos que permiten tomar la temperatura sin contacto personal. Los barbijos proveídos son, en promedio, menos de uno por enfermero, para un turno de seis horas, siendo su vida útil de tres horas. Y las escafandras, de uso obligatorio para el tratamiento con los pacientes con Coronavirus, son ineficientes, dado que no son del material resistente que es necesario para mantener contacto directo con el paciente. Las cifras de contagiados, lejos de disminuir, se multiplicarán y con ello también el peligro para los trabajadores. Hoy la institución cuenta con una trabajadora diagnosticada con COVID-19 producto de los riesgos laborales que pudieron prevenirse por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, motivo por el cual, se hace aún más necesario extremar las medidas de seguridad para evitar más contagios entre el personal de la salud y aquellos pacientes que concurren al Hospital”.

 

J.C.

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