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Emoción por los 10 años del Museo Vivo por las calles del Abasto, organizado por vecinos: “Hay muchos Abastos reales, tangibles, posibles”

Organizado por vecinos e instituciones.

El Museo Vivo por las calles del Abasto cumplió 10 años de existencia y los vecinos e instituciones impulsoras lo celebraron este sábado al atardecer con un recorrido aniversario que incluyó música, teatro y recreación en el espacio público. Se sumaron más de un centenar de personas. Inició en el Parque de la Estación, atravesó el antiguo Mercado, devenido centro comercial, y deambuló por esquinas con historia.

“El Museo Vivo por las calles del Abasto es el trabajo entre vecinos para contar la historia de nuestro barrio, dándoles vida a los personajes y representando las aventuras que circundan por nuestras calles”, resumieron en la organización del evento.

Esta iniciativa nació hace una década como una propuesta vecinal para promover actividades culturales y celebrar la historia del Abasto, en el marco de La Noche de los Museos, uno de los eventos más destacados de la agenda porteña.

El aniversario fue un momento cargado de emoción para quienes participan de este proyecto, que a lo largo de los años sumó nuevas instituciones y vecinos. Entre la presencia de los nuevos y el recuerdo de quienes ya no están pero dejaron su huella, se reafirmó la convicción de que propuestas como esta fortalecen los lazos dentro de la comunidad del Abasto.

Organizaron y promovieron esta edición aniversario del Museo Vivo por las calles del Abasto: JJ Circuito Cultural (Jean Jaurés 347), Cultura Abasto, Casona Cultural Humahuaca (Humahuaca y Bustamante), Patrimonio Almagro-Boedo, vecinos y vecinas del Parque de la Estación, grupo de teatro comunitario del Abasto-Almagro Sin Telón (Teatro Archibrazo), comisión de asociados del Banco Credicoop – Abasto, UBA CyT – APS y SMC.

Durante el recorrido del Abasto hubo 10 puntos a visitar, uno por cada año del proyecto: Parque de la Estación, esquina de Agüero y Sarmiento (se expusieron actividades de JJ), esquina de Agüero y Corrientes (visita al Banco Credicoop, al frente de la antigua sede de Abuelas de Plaza de Mayo y al frente del Mercado de Abasto Proveedor), Humahuaca y Agüero (donde se emplazó el bar O’ Rondeman y Carlos Gardel cantaba de niño), Guardia Vieja y Agüero (punto de encuentro entre el Mercado de Abasto antiguo de Lavalle y el nuevo que da a Corrientes, el tradicional de los arcos vidriados; un homenaje a Tita Merello cantado por Patrimonio Almagro-Boedo), Humahuaca y Gallo (antigua casa de Luca Prodan y el Bar El Destino), Humahuaca y Bustamante (Casona Cultural Humahuaca, fin del recorrido).

Como es tradición, los organizadores entregaron a quienes que se sumaron a la recorrida un mapa del Abasto dibujado a mano que tenía las 10 postas. En cada parada, se les entregaba una estampilla autoadhesiva para pegar en el mapa: una foto del Mercado de Abasto, una de JJ, una del Parque de la Estación cuando se inauguró una placa en homenaje a Abuelas, entre otras imágenes. Era una especie de álbum de figuritas con la historia del Abasto.

El punto de encuentro del sábado fue a las 18 en el memorial por Cromañón, ubicado en torno a las calles Perón y Anchorena. Allí, los impulsores del Museo Vivo por las calles del Abasto presentaron la propuesta y explicaron que se basa en “compartir conocimientos, juegos y cultura”.

También señalaron que el objetivo es “mantener la llama de la memoria colectiva del Abasto”. Por eso, de manera simbólica, durante todo el recorrido se llevó un candelero con una vela encendida en el parque por el vecino más antiguo del grupo participante.

A modo de bienvenida, se presentaron integrantes del Taller de Canto Comunitario (TACCO), que se realiza semanalmente en la biblioteca del Parque de la Estación y forma parte de los talleres impulsados por el grupo de vecinos y vecinas que luchó por la creación de este espacio público en el límite de Balvanera y Almagro. También estuvo Abigail Zevallos, quien este año encabezó el taller de risa y creatividad en el mismo espacio.

La caminata continuó hacia Corrientes y Agüero. En el trayecto se pasó por la sede del Banco Credicoop, donde antiguamente funcionó la Cooperativa de Crédito Limitada Dante Alighieri. Luego se recordó que en esa misma esquina tuvo su sede Abuelas de Plaza de Mayo (la Legislatura porteña colocó una placa conmemorativa) y se reflexionó sobre la arquitectura del histórico Mercado de Abasto.

En la esquina de Humahuaca y Agüero, donde hoy funciona el restaurante del corredor gastronómico peruano Lung Fung en la planta baja de un edificio de siete pisos, años atrás se encontraba el recordado O’Rondeman. En esta parada, vecinos actores representaron una disputa entre una joven francesa, que afirmaba que Carlos Gardel había nacido en Toulouse, y otro vecino que sostenía que era de Tacuarembó, Uruguay. La discusión se resolvía con una frase que unía a todos: “Gardel es el Morocho del Abasto”.

En la parada de Agüero y Guardia Vieja, integrantes de Proteger Abasto y Patrimonio Almagro-Boedo reflexionaron sobre las distintas etapas del Mercado de Abasto: el antiguo, de estructura metálica hacia Lavalle, y el contemporáneo, de hormigón y vidrio, sobre Corrientes. También hubo tango en vivo en homenaje a Tita Merello, protagonista de la célebre película Mercado de Abasto, un tributo a los trabajadores del barrio.

En Gallo y Guardia Vieja, integrantes del grupo Sin Telón, teatro comunitario del Abasto, interpretaron un fragmento de su obra El Mercado Olvidado, una creación colectiva de vecinos y actores que también rinde homenaje a los antiguos trabajadores del Mercado.

Uno de los momentos más emotivos se vivió en la parada de Gallo y Humahuaca, frente al edificio donde vivió Luca Prodan —en realidad, la casa de una novia suya—. Según cuentan, el músico solía ir al bar El Destino, ubicado justo enfrente, donde compuso varias de sus canciones. Desde la primera edición del Museo Vivo, en la puerta del bar una dupla de vecinos actores interpretaba a Luca y a un mozo, evocando Mañana en el Abasto y reflexionando sobre el barrio.

Rulo, el vecino actor que encarnaba al mozo, fue un integrante fundamental de La Casona y una presencia constante en los eventos culturales del Abasto. Falleció, y este sábado la comunidad le rindió homenaje. Juan, el actor que interpreta a Luca, brindó por él mirando al cielo y destacó “el poder de las construcciones colectivas y del sentido de pertenencia comunitaria”.

Ya en La Casona, el grupo que recorrió durante unas dos horas las calles del Abasto se acomodó en sillas sobre la vereda para disfrutar la proyección de un video con fotografías que repasaban los 10 años del proyecto cultural, patrimonial e histórico.

El taller de canto grupal de La Casona cerró la emotiva jornada con una presentación en vivo, interpretando varias canciones que coronaron la celebración de una década de memoria y comunidad en el Abasto.

Un dato de color: el afiche del Museo Vivo es la tapa de la edición N° 156 de la revista El Abasto: es un cuadro del taller de murales de la profesora Brenda Cap, Marta Pilivan, Sergio Sueldo y Lia Ferraio. Estuvo expuesto en el frente de La Aurora del Tango de Billinghurst y Corrientes, bar dedicado a la música en vivo que cerró y en cuyo inmueble hoy funciona un Café Havanna.

Puede ser una ilustración de ‎texto que dice "‎Sábado 08/11 10 LAS CALLES DEL ABASTO MUSEO VIVO POR Una visita guiada recreativa por la historia de nuestro barrio BAΣ 18 Salida desde Pte. Perón પ Anchorena Parque de la Estación 20. 20.30 30 hs Cierre Final de Recorrido Casona Humahuaca UBACYT CEUERA MASTO APSY APSYSMO SMO -- CASONA HUMAHUACA CULTURAL CUL CA HUMAH ΑΝΣ CREDICOOP SAFINYFIO RESHERI ABALS ل UA PATRIMONIO ALMAGRO BOEDO La Banca Solidaria PARQUE DELAESTACION DELAESTACIO Ietón‎"‎

Para esta edición número 10, los impulsores del Museo Vivo presentaron este manifiesto:

¿Por qué hacer un museo vivo y comunitario? La importancia de Historizar(nos).

Este año se celebra la décima edición del museo vivo y comunitario del Abasto. En la noche de los museos, por fuera del calendario oficial, emerge este ejercicio colectivo de memoria.

Nadie se baña dos veces en el mismo río. ¿Nadie pisa dos veces la misma baldosa? El barrio cambia, nos cambia. Los vivimos distinto. Su pasado nos cuenta y nos indica cosas nuevas en función de un contexto. No somos los mismos. El barrio tampoco. El museo vivo es una forma de dialogar con el pasado desde el presente: no queremos sellar en mármol una identidad conservadora; buscamos hacer una memoria viva de nuestras propias experiencias, ancladas en una trama de trayectorias diversas. El Abasto es una identidad dinámica, plural, heterogénea. Hay muchos Abastos reales, tangibles, posibles. También hay muchos Abastos para imaginar, construir.

En cada Museo Vivo jugamos a ser historiadores del barrio, de nuestra propia historia. Narramos y contamos en función de nuestros dolores y también de nuestros deseos, que nos lanzan a la expectativa de un futuro. Exploramos el cuerpo de este barrio cambiante, como el nuestro. Un cuerpo luchado, tensionado en los parques, las plazas, las escuelas, los centros culturales, en las torres, los proyectos inmobiliarios, en los restaurantes. Pero vale preguntarse ¿cómo se puede construir sentido de pertenencia en una ciudad desterritorializada? ¿cómo sentirse de un barrio cuando uno ya no es dueño ni de su propia tierra y los alquileres son impredecibles? ¿Qué es ser de un barrio: habitarlo, construir en sus parques, escuelas, centros culturales, casas populares? Museo Vivo propone sentirse parte de un territorio y eso, en la ciudad contemporánea, es contracultural.

Si las consignas sirvieran para pensar, podríamos decir que “el barrio es el otro”, y también somos nosotros. Porque nosotros somos el barrio y lo que hicimos por él. Pero entonces, en este mundo cruel que habitamos y en esta ciudad cada vez más mercantilizada, deberíamos preguntarnos quién es el otro, quiénes somos nosotros, quiénes son ellos. Nuestro Abasto no puede ser nostálgico, pero tampoco puede ser ahistórico. En la conversación de esas historias que el Museo Vivo revive, al menos por un rato, conversamos con nuestras identidades. Estamos convencidos que de habitar otro barrio, seríamos distintos. Nos tocó, o elegimos, el glorioso barrio del Abasto. Territorio con tanta fuerza y tradición que ni necesita ser reconocido como barrio oficial. Le sobra trapo. En tiempos complejos, si son tiempos complejos, el Museo Vivo es una oportunidad para preguntarnos ¿Qué gestas tenemos que historizar? ¿Las abuelas que recuperan nietos? ¿Los vecinos que luchan por parques? ¿Los poetas que cantan como los dioses? ¿Qué próceres de nuestro barrio hay que hacer hablar en este tiempo?

Haremos este museo con la certeza de que no tenemos certeza del devenir de estas calles, pero con la esperanza de que ese futuro será, como hasta ahora, colectivo.

 

J.C.

Foto: Revisa El Abasto

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