Este viernes desde las 9.30 se realizó el acto a 31 años del atentado terrorista a la mutual AMIA de Pasteur 633, en Balvanera.
Estuvo presente el presidente de la Nación, Javier Milei, el jefe de Gobierno Jorge Macri, y demás funcionarios nacionales y locales.
Durante el acto, Osvaldo Armoza, presidente de AMIA, dijo: “Pasaron 31 años de una mañana que abrió las puertas a la noche más oscura. 31 años de un instante que cambió para siempre nuestras vidas y marcó con sangre inocente la historia de nuestro país. Durante todo este tiempo escuchamos los reclamos de dirigentes comunitarios, los testimonios de sobrevivientes, la memoria viva de los familiares, el acompañamiento de artistas, figuras relevantes de nuestro país y de gran parte de la sociedad. Todos reunidos, una y otra vez en este mismo lugar, para que el silencio no se vuelva olvido, y la memoria no se reduzca sólo a una ceremonia”.
“En este mismo lugar, en cada acto, dijimos claramente que Irán es el máximo responsable por el atentado que asesinó a 85 inocentes y dejó más de 300 heridos. La justicia de nuestro país dictaminó la responsabilidad de las más altas autoridades iraníes, en la planificación y ejecución del atentado mediante su brazo armado, la organización terrorista Hezbollah, de la misma manera que lo hicieron dos años antes, contra la embajada de Israel en Buenos Aires. Interpol convalidó las conclusiones de la investigación, y estableció las alertas rojas para la captura internacional de los acusados. El año pasado, la Cámara Nacional de Casación Penal dictó un fallo ejemplar, en el que volvió a confirmar la responsabilidad de Irán y Hezbollah en los ataques terroristas de 1992 y 1994. Este veredicto, no solo ratificó los motivos del atentado, sino también, por qué Argentina fue el blanco elegido. Es crucial aprender del pasado y que nuestras autoridades tomen medidas para que nunca más suceda. El terrorismo está más activo que nunca”, agregó, consta en la web oficial de AMIA.
“Nos sigue preocupando la infiltración iraní en Latinoamérica, que se expande ante la ausencia de una respuesta seria y firme de los gobiernos regionales. El episodio del avión venezolano-iraní en 2022, con su tripulación sospechosa y la presencia de altos oficiales iraníes, confirmó esas alertas y expuso las falencias de nuestro sistema de seguridad e inteligencia. Lo mismo ocurre con la firma del acuerdo militar entre Irán y Bolivia, que exige una inmediata reacción por parte de nuestras autoridades, incluyendo el refuerzo de los controles fronterizos. Ya en su dictamen de mayo de 2013, el fiscal Alberto Nisman, que en paz descanse, documentó con precisión la profundidad de la estructura terrorista montada por Irán y Hezbollah en numerosos países de América Latina. El atentado contra la AMIA no puede ser comprendido como un hecho aislado”, sumó.
“La experiencia nos ha enseñado que debemos ser cuidadosos y que todo avance dentro del proceso debe ceñirse a la más estricta legalidad. Confiamos que un futuro juicio oral, basado en pruebas concretas, demostrará al mundo entero la responsabilidad de Irán, de Hezbollah, y de quienes son fugitivos de la justicia argentina. Hoy enfrentamos un contexto global que agrava nuestra preocupación. A partir del 7 de octubre de 2023, cuando los salvajes terroristas de Hamás ejecutaron el ataque más brutal e inhumano contra civiles, hemos visto un aumento alarmante del antisemitismo en todo el mundo. En lugar de provocar una condena unánime, por ese crimen atroz que fue filmado y mostrado al mundo por las cámaras de los propios terroristas, éste fue relativizado, negado y hasta justificado en múltiples espacios. En universidades, redes sociales, medios de comunicación e incluso en parlamentos de países democráticos se han naturalizado discursos de odio antijudío. No hablamos de críticas a Israel, que son legítimas en cualquier democracia, sino de expresiones que celebran la violencia y que convierten la demonización de los judíos en una bandera ideológica”, señaló.
Para finalizar, dijo: “Somos una sociedad con enormes dificultades, es cierto. Pero podemos mostrarle al mundo con orgullo nuestro ejemplo de respeto y convivencia pacífica, nuestra capacidad de transformar el dolor en un motor de acción y resiliencia, nuestra incansable búsqueda de memoria y justicia. La pérdida de un ser querido de una manera tan brutal como es un acto terrorista es una marca que se lleva en el corazón para siempre. Hoy volvemos a rendir homenaje a quienes debían seguir con sus vidas, y recordamos también todo el amor que esas 85 personas recibieron de ustedes, sus familiares, amigos y compañeros. El acompañamiento de una sociedad que decidió no olvidarlos”.