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Merienda y olla popular de la murga Bailando en Una Pata en Plaza Congreso: “Re felices por ayudar en un momento donde estamos todos mal”

Miércoles a las 18 en Rivadavia y Virrey Cevallos.

El centro murga Bailando en Una Pata realiza una olla popular con la cual entrega en la Plaza de los Dos Congresos (Rivadavia y Virrey Cevallos), lugar donde ensayan, más de 70 raciones de comida en forma periódica a gente en situación de vulnerabilidad social. Este miércoles a las 18 por primera vez realizarán una merienda comunitaria.

El director del centro murga contó a este medio que tanto la comida de la olla como esta merienda se lograron con donaciones hechas por amigos, conocidos y vecinos, aparte del aporte hecho por los integrantes de Bailando en Una Pata. “A la gente solo la ayuda la gente y así es”, señala.

Contó: “En cuarentena la mayoría de nuestros integrantes se quedaron sin trabajo, algunos tuvieron que afrontar otros problemas. Creció la necesidad. Un día, uno de los muchachos me contó que en la televisión habían aparecido Rocío y El Gordo, dos personas en situación de calle que están en la plaza. Empezamos a ver cómo podíamos ayudarlos. Todos estamos mal, pero igual hay que dar una mano”.

“Me encontré con Rocío y El Gordo. Hablamos de lo mal que estaba todo. Después volvimos a hablar con la gente de la murga y dijimos de preparar comida. La primera vez cocinamos en mi casa unas 10 o 12 porciones de fideos. Las repartimos en mi auto a gente de la plaza y alrededores”.

“Para nosotros era un montón poder ayudar, pero queríamos ofrecer más porciones. Esto que hacíamos empezó a compartirse con el boca en boca, se expandió y llegó a amigos de mi trabajo, gente cercana, grupos de los barrios. Las donaciones que nos hacían las pasábamos a buscar en auto o con moto”.

“Salió la primera olla copada con cosas donadas, más lo que pusimos entre nosotros. Pensamos hacer 40 porciones como máximo, pero salieron 70. Compramos las bandejas descartables de aluminio con tapita, que nos cuestan bastante. No nos dejan cocinar en la plaza, así que llevamos la comida ya hecha dentro de las bandejas. Cocinamos en tres casas distintas. Ahora lo hacemos en la mía y un amigo dijo que nos iba a donar una cocina antigua con tamaño suficiente para la cantidad que preparamos”.

“La primera vez hicimos un guiso de lentejas hermoso. El carnicero nos dio el doble de carne cuando supo para qué era. Son cosas lindas que pasan en el camino, gente que nos ayuda”.

“Estábamos re felices con las 70 porciones, re felices por ayudar en un momento donde estamos todos mal. Dijimos de hacer la olla cada 15 días, por los compromisos de cada uno de los integrantes de la murga. Pero fueron tantas las personas que nos llamaron, que nos entregaron donaciones, que a la semana siguiente hicimos otra olla, también con 70 porciones. Preparamos polenta con estofado de carne”.

“Para difundir esto que hacemos acordamos no tomar fotos de la gente que recibe las porciones, solo limitarnos a mostrar el momento en que preparamos la comida, los tickets de las compras, exponer que tomamos todas las medidas de seguridad. Mostrar a dónde van las donaciones y que todo se hace como corresponde”.

“Entre esas donaciones nos llegó leche en polvo y galletitas. Por eso decidimos agregar una merienda los miércoles a la tarde. Vamos a llevar al menos 10 termos de mate cocido, café con leche, té con leche, té, porciones de galletitas y budín que van a hacer integrantes de la murga con donaciones de harina”.

J.C.

Foto: Bailando en Una Pata

 

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