Luego de transformar a Balvanera en “New Balvaner”, la Compañía Funciones Patrióticas, con dirección del vecino y teatrista Martín Seijo, presentó la obra “Gentrificadxs – Almagro” para convertir al barrio en “Almagrow”, a fuerza de un recorrido performático callejero que incluye historia territorial y también la invitación a que los integrantes del público se transformen por un rato en inversores de la transformación urbana del futuro, con picota, exclusión e ironía incluidas. Esta puesta se realizó en julio durante el Festival Entrá, en apoyo al Instituto Nacional del Teatro (INT), y regresará para el aniversario de Almagro, en primavera.
El grupo de “artivismo”, teatro, performance y música Funciones Patrióticas dirigido por Seijo existe desde 2008 y hace una década desarrolla funciones callejeras. Su producción artística –por la cual incluso elaboraron un disco y un libro- aporta espectáculos críticos sobre los procesos sociales, políticos y económicos. Está el aspecto escénico e incluso el teórico, por el cual sus miembros han expuesto en congresos universitarios de ciencias políticas, como ocurrió el mes pasado en Rosario.
“Ciudades más ricas para los más ricos. Suburbios más pobres para los más pobres. Transferencia de ingresos. Desplazamiento de cuerpos. Demolición de culturas”, plantean en la compañía sobre el concepto de gentrificación.
“Entendemos un proceso de persistente hostigamiento y abandono de un sector de la ciudad para lograr, a mediano o largo plazo, el desplazamiento de sus residentes de clases medias y populares, con el objeto de activar la explotación inmobiliaria de la zona en favor de sectores de mayor poder adquisitivo, con anclaje en capitales financieros. No se trata únicamente de una cuestión de orden económico sino también de índole social y cultural, a causa de la pérdida definitiva o disolución de las identidades barriales afectadas”, expuso Seijo en una ponencia presentada para el XVII Congreso Nacional de Ciencia Política de la Sociedad Argentina de Análisis Político.
La compañía a comienzos de 2024 estrenó Gentrificadxs – Balvanera, una obra de “género site-specific, un recorrido urbano que mezcla lenguajes provenientes de distintas disciplinas como el teatro, las artes performáticas y la música”. Seijo guiaba encarnando el rol de un desarrollador inmobiliario, quien no hablaba de espectadores, sino de inversores, de accionistas del proyecto “New Balvaner”: “Asumo el papel de un desarrollador inmobiliario que va a transformar el barrio, los interpelo como inversores que vienen a conocer el negocio. Muchos entran en el código a jugar y complementar cosas que digo, incluso a doblar la apuesta”.
Al público se lo citaba en el Teatro El Popular (Chile 2030) y allí iniciaba un recorrido callejero por sitios de relevancia histórica y cotidiana. “En un espectáculo tradicional hay un escenario y códigos establecidos, en este caso el contacto es cuerpo a cuerpo con la gente, con los vecinos, con la gente que pasa, la propuesta está estallando los límites”, destaca Martin, quien es licenciado en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) y Magíster en Teatro y Artes Performáticas (UNA).
“Se trata de transitar estas calles con otro tiempo y otra calidad de observación, estar atento a todo lo que puede pasar, ahí surgen cosas”, agregaba.
A través de distintas escenas, el performer encarnado por Seijo “disecciona la identidad económica, social y cultural del barrio, rescatando todo aquello que sirve a los fines gentrificadores (por ejemplo, el tango por su capacidad de atraer turistas) y desechando las costumbres que no encajan con el nuevo orden urbano que se quiere fundar”: “Durante todo el paseo, la gentrificación se muestra como una empresa que cuenta con apoyos políticos y judiciales, y que aprende de sus errores a lo largo de la historia”.
Es más, su personaje durante el recorrido afirma: “La gentrificación no es sólo construir edificios con amenities de última generación a lo pavo. Se trata además de crear un hábitat agradable que no colisione con las ideas de progreso y buenas costumbres que lo hacen posible. No hay que dejar ningún clavo flojo en la tapa del ataúd del pasado que queremos definitivamente enterrar”.
Este desarrollador ficticio imagina transformar el entorno del Spinetto Shopping y durante la obra dice al público: “El Spinetto. Antes un Mercado como el Abasto. Luego un shopping como el Abasto. Pero en aquel tiempo, fines de los ochenta, la gentrificación no consiguió hacer pie acá como sí lo hizo una década después en el Abasto, que es un caso que se estudia en el mundo”.
Este tipo de afirmaciones repercuten en los espectadores. La propuesta de la obra es que interactúen con ello. “Se animan a jugar con eso que rechazan, ese tipo de pensamientos destructivos, de lenguaje cruel y de deshumanización. Hay gente que se ríe nerviosa, no se llegan a ofender, pero vas notando las incomodidades”, menciona Martín.
“Una obra fuera de los formatos más tradicionales de teatro que me permitió por un rato ser una descerebraba sin conciencia social”, comentó una espectadora que durante ese tiempo caminó las calles de Balvanera como una flamante inversora de las torres y la picota.
La obra gracias a su potencia narrativa, su interactividad y su mensaje despertó el interés de vecinos y espectadores. Las funciones se agotaban y había nuevas fechas. Es marzo de este año, la compañía estrenó Gentrificadxs – Almagro, el barrio en el que vive Martín. “Armamos la propuesta, investigué sobre el barrio sumándole las cosas que ya sabía por vivir acá. En muchas funciones salíamos desde el Espacio Umbral (Díaz Vélez 3980)”, repasa.
Más cerca en el tiempo, entre el 3 y el 9 de julio en salas de todo el país se desarrolló el Festival Entrá en defensa del Instituto Nacional del Teatro (INT). El Gobierno nacional mediante un Decreto modificó su estructura y desde sectores escénicos se denunció el peligro de desfinanciar e incluso dejar inactivo este organismo clave para el funcionamiento de salas y elencos.
La compañía suele participar de este tipo de eventos solidarios y comprometidos, ya lo hizo en Parque Rivadavia en apoyo a sectores científicos alcanzados por los recortes del Estado nacional.
En el festival por le INT, el 5 de julio por la tarde se presentó una función especial de Gentirficadxs – Almagro. El recorrido inició en la propia vivienda del director Seijo, en el edificio ubicado sobre la confitería Las Violetas de Medrano y Rivadavia.
Luego, el performer y los inversores atravesaron sitios tradicionales como el ex Pasaje Peluffo (pese a lo histórico del nombre, se lo cambiaron y luchan para reponerlo; tiene casas antiguas y de altura baja, las más buscadas para nuevos desarrollos inmobiliarios), el puente peatonal de Bustamante (que el Gobierno porteño amagó varias veces con derribarlo para reemplazarlo por uno vehicular) y el de la calle Rawson (otro conjunto antiguo de viviendas ferroviarias de altura baja), al lado de la fábrica recuperada IMPA.

Allí, el personaje interpretado por Seijo sugería derribar la metalúrgica y construir el Almagrow Arena, al estilo de los microestadios porteños. Los vecinos memoriosos recordarán las enormes vigilias en la fábrica ante diversas amenazas de desalojo, con el fantasma de la construcción de torres o centros comerciales de fondo.
El recorrido finalizaba en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos Borromeo, en el corazón religioso y patrimonial del barrio. El desarrollador inmobiliario que guía la visita proponía rebautizarla como Basílica San Carlos Gardel.
“En algunos casos, en el proceso de gentrificación se preservan elementos identitarios, pero solo para beneficio económico”, reflexiona el dramaturgo.
“Estoy contando la historia del barrio y a la vez poniendo en agenda la gentrificación de las ciudades, buscamos hacerlo de un modo creativo, que a través de lo artístico se dispare el debate y la reflexión sobre nuestras propias condiciones de vida”, asegura el autor.
El vecino y dramaturgo adelanta que el domingo 24 de agosto a las 16 habrá una nueva función, que se podrá reservar por redes o por Alternativa. Además, la compañía prepara otro recorrido por el aniversario de Almagro, que se conmemora cada 28 de septiembre.
J.M.C.