Quiero 24 es una banda de música en la que el tango convive con sonidos e improntas del rock, el folclore y otros géneros populares. Sus integrantes son oriundos de zona sur, pero también se foguearon en las calles y escenarios del Abasto.
Con cuatro discos de estudio, una docena de simples e incontables horas en escena, este 2025 el grupo celebró sus 20 años con varios recitales. En abril, una presentación en Rondeman Abasto (Lavalle y Agüero) mutó en “Vivo Veinte”, el disco en directo que repasa buena parte de su historia y que presentarán el 13 de diciembre en la misma sala abastense.
“Esa noche salimos a tocar, nos habíamos preparado, pero no lo pensamos mucho. No sabíamos que en la técnica lo iban a grabar. Después sentimos que había sido uno de los mejores shows del último tiempo. Estábamos contentos. Más todavía cuando nos dijeron que había quedado registro”, cuenta Cristian “El Cholo” Castelo, cantante del grupo musical y cooperativa de trabajo.
Hoy también son parte de Quiero 24 Laura Genlote (bajo), Limay Bartolomei (violín), “Pucho” Rodríguez (bandoneón), Andrés Jubert (batería), “El Zurdo” Alustiza (guitarra y samplers digitales) y Eva Fiori (voces).
El 11 de abril “los Quiero24 de ayer y hoy” celebraron en el espacio escénico de la calle Lavalle, frente al antiguo Mercado de Abasto. Fue una extensa jornada en vivo que continúa latente en la memoria de quienes asistieron. Gracias al azar y la decisión técnica, quedó registro y ahora se puede reproducir a perpetuidad. “Lo escuchamos y elegimos 11 canciones de una veintena total, es un buen repaso de nuestra historia”, dice “El Zurdo” Alustiza.
“Este disco cierra una etapa, tiene temas de los discos anteriores”, refuerza “El Cholo”, contento y expectante sobre la vuelta a Rondeman. “Ahí tocamos para presentar un disco de estudio. Tiempo después el actual dueño nos contó que había asistido esa noche porque estaba en la duda de comprar o no el lugar (antes se llamaba Teatro del Viejo Mercado). Finalmente le dio para adelante. Fue una de las tantas casualidades”, bromea “El Zurdo”.
Parte de esta mística, encuentros que dejan huella, nutre a Quiero 24.
Sus integrantes son de la zona sur del conurbano bonaerense y empezaron a darle vida al proyecto en 2005, con Valentín Alsina como cuna espiritual y referenciados en espacios como la Escuela de Música Popular de Avellaneda.
“Quiero 24 nace de la crisis del 2001”, dice “El Cholo”. “El Zurdo” repasa que, por esa época, como estudiantes de la EMPA, reclamaban por mejoras y contra la situación social y económica que se vivía: “Lo de Darío y Maxi (Santillán y Kosteki, asesinados por la policía en 2002) lo vivimos de cerca, es algo que te marca. Como les paso a ellos nos podría haber pasado a nosotros”.
“El Cholo” aparte recuerda que en su caso personal en esa época se volcó al tango, luego de años de cantar rock y blues. “Con los pibes de la esquina íbamos a ver a Los Redondos. Después empecé a conocer gente del tango y del folclore”. “Fue buscar el gen argentino, de Buenos Aires. En el tango se encuentra”, agrega y reflexiona: “Cuando hablamos, fraseamos. Es fácil expresarse desde el tango”.

Un camino hacia el Abasto
En los inicios de Quiero 24 tocaban “en todos lados” y con el hambre de ganar horas de vuelo y llegar a distintos públicos. En ese contexto, en 2006 se presentaron en el Fondo Nacional de las Artes. “Era ante unas 30 personas que en realidad eran habitúes del lugar”, repasa El Zurdo. Esa fecha se convirtió en un disco en vivo, “como los del Parque Rivadavia, grabado y con fotocopia”, que llamaron “Casi nadie estuvo ahí” y hoy es más bien una reliquia y testimonio de aquellos inicios. Un espejo en donde reflejar “Vivo Veinte”.
La banda es parte de una camada de agrupaciones y solistas que a comienzos de este siglo hicieron propio el tango y exploraron nuevas mixturas y límites. “Somos hoy los viejos del tango”, bromea “El Cholo”, y habla de una camaradería junto a conjuntos como la Orquesta Típica La Vidú y la Orquesta Típica Fernández Fierro, también referenciada con el Abasto a través de su Club Atlético de Bustamante al 700. De hecho, músicos de ambos grupos han colaborado en la discografía de Quiero 24.
Algunas noches como público y otras en escena, la efervescencia del grupo y sus primeros pasos se advertían tanto en zona sur como en estas calles. “Si no tocábamos en el Abasto, veníamos de joda. Era un punto de encuentro entre músicos, público”, repasa “El Cholo” y recuerda paradas hoy bien concurridas como El Boliche de Roberto (Bulnes y Perón) y La Catedral (Sarmiento y Medrano), también antiguos espacios que hoy solo viven en la memoria de sus habitúes como Cusca Risún, el Conventillo de Teodoro o Casona Olegari.

Una discografía sensible y con aguante
En su tercer año como grupo, llegó el primer disco de la banda. Q24 data de 2008, tiene siete canciones y cuenta con algunos clásicos del dos por cuatro como “Chorra” y “Aquel tapado de armiño”.
Este fue el punto de partida de una identidad “en disputa sobre lo que es y lo que no es”. “El monstruito que es Quiero 24 se fue armando con lo que cada uno pone en común”, reflexiona “El Cholo”.
“Ya está bueno tocar, juntarse con amigos, tocar la guitarra, compartir, si encima a ese trasfondo uno le da un sentido más a su vida”, destaca la cantante Eva Fiori. También celebra el trabajo por crear canciones “que buscan transmitir un montón de verdad junto a un montón de alegría” en asuntos de “la vida cotidiana”.
Luego, el segundo trabajo de estudio llegó en 2014. “Las viejas son mejores” cuenta con 12 temas que intercalan letras pícaras y vivaces, una poesía del cotidiano urbano, un equilibrio entre los tropos del tango universal y la vida contemporánea. “La del club DAOM”, “Resaca de carnaval” y “Milonga del tachero” sobresalen y sirven para bucear en el espíritu del grupo.
Dos años más tarde vio la luz “Sean eternos los placeres”, un juego de palabras con el himno argentino y un arte de tapa que destaca con un filete porteño en vivos amarillos y rojos. Sobresalen canciones como “Soy”, por lo conmovedor de su mensaje: “quien mantiene viva la historia del pueblo”, entre tragedias y penurias. “Solo de Amor” es una colaboración con Mavi Díaz y Las Folkies, mientras que “Bar Notable” suena junto a Dema y Su Orquesta Petitera. “Malandra” se escucha con Daniel Melingo –con guiños a Gerli y zona sur- y “La tierra Tiembla”, con Sofía Viola (el video oficial tiene un gran despliegue escénico).
Los años siguientes el grupo se enfocó en mejorar las presentaciones en vivo por encima de la cantidad de fechas. A la par, lanzó varios sencillos, entre los que resaltan “La milonga del kilo” (2017), “Cambio Dólar” (2019, más un remix de 2022) y “Maxi y Darío” (2022).
Este último es una colaboración con Cóndor Sbarbati, uno de los cantantes de La Bersuit Vergarabat. Es más, cuenta con un video oficial, rodado como una película en clave western. “El Cholo” recuerda: “Lo filmamos en un paisaje rural bonaerense, pese a que lo más lógico era hacerlo en la estación de tren (donde Kosteki y Santillán fueron asesinados, en Avellaneda). Lo pensamos inspirado en la Patagonia rebelde, de Osvaldo Bayer, otra lucha obrera que también fue una masacre”.
A fines de 2023 llegó uno de los trabajos más conceptuales del grupo y que buscó rendir homenaje a parte de sus raíces musicales y su filosofía. “Vieja Escuela 90” tiene 10 temas que son reversiones de clásicos del rock nacional. “Tumbas de la gloria” de Fito Páez comparte espacio con “Mujer Amante” de Rata Blanca y “El pibe de los astilleros” de Los Redondos.
En cuanto a las colaboraciones, suena “Matador”, de los Cádillacs, junto a Black Rodríguez Méndez; “Cómo me voy a olvidar”, de Los Auténticos Decadentes, con Los Tabaleros; “Sin Documentos” (Los Rodríguez) con Ivo Colonna y Pitu Frontera; “¿Qué ves?” (Divididos) con el filósofo Darío Sztajnszrajber y “Chipi Chipi” (Charly García) con Dolores Solá.
Este disco tuvo un bonus track en homenaje a Luca Prodan, cantante de Sumo y vecino del Abasto. “Siempre es inspiración para nosotros. Como no llegó a los 90s ninguna de sus canciones entró en nuestro último disco. Por eso decidimos hacer una versión de la canción que le rinde homenaje, Murguita del sur (de Bersuit)”.
Del mismo modo, este 2025, en su aniversario número 20 y a dos años del lanzamiento de “Vieja Escuela 90”, presentaron otro sencillo: “Homero”, de Viejas Locas. En el medio, llegó “El Porvenir”, un homenaje a zona sur: la tapa es una reversión del escudo del club de Gerli con el nombre de Quiero 24.
Desde hace años, el grupo ensaya los miércoles en una sala de la calle Pavón, en la zona de casas bajas donde Boedo, San Cristóbal y Parque Patricios coexisten a pocos metros de distancia. Es su espacio semanal para llevar a la práctica los nuevos sonidos y consolidar aquello que buscan llevar a escena.
Aquel grupo de músicos coincidió en zona sur en medio del estallido social del argentinazo y el reverdecer del tango con la lógica del “hazlo tú mismo”. A fuerza de trabajo, perseverancia y talento, han plasmado en sus discos y presentaciones en vivo una forma de vivir el dos por cuatro y la vida misma, una sensibilidad por las viejas alegrías junto al vértigo del tiempo presente. “Hay canciones más comprometidas que otras, pero pensamos que todas tienen su sentido”, celebra “El Cholo” sobre la obra de Quiero 24, el grupo tanguero que celebra sus dos décadas en el Abasto.

J.M.C.

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