El vecino y artista tanguero Joaquín Marucco, referente del Sindicato de Borrachos del Abasto, lanzó esta primavera El Porteñito, un ambicioso proyecto cultural en homenaje a la música arrabalera que combina nuevas canciones y un disco, material audiovisual y un show escénico en vivo.
“Lo que le da fuerza a este proyecto son las ganas de expresar todo lo que tenemos para decir”, cuenta el propio Marucco.
“El Porteñito es un colectivo artístico interdisciplinario de músicos, compositores, cineastas, poetas, bailarines, técnicos y actores trabajando por un mismo concepto: rescatar nuestras raíces e historia para crear una identidad propia, sincera y actual”, destacan los impulsores de esta nueva aventura cultural nacida en el Abasto.
La presentación se celebró a sala llena el jueves 16 de octubre con entrada gratuita en el Strummer Bar de Palermo. La lista de artistas en escena plasma el panorama actual de la música y la creación en el Abasto y sus espacios artísticos.
Arrancó la velada Uxia Hochstein, un artista que unifica sonidos y repertorios folclóricos con ritmos contemporáneos. Es una búsqueda por un sonido propio y leal a ambas corrientes musicales.
Luego fue el turno del rapero del Abasto Tot3ro (Abasto’s finest) con sus rimas y ritmos. Lo hizo en la víspera del lanzamiento de su tema “Desmedido” y en el aniversario de su éxito “Pibes noventeros”.
Promediando la noche, con el bar a pleno de gente, tocó el dúo Cinzarazi. El público presente coreaba los temas más famosos de la agrupación y todo fue una comunión a capela.
El clímax se vivió con el lanzamiento de El Porteñito: el comienzo fue un espectáculo con actuación en vivo, un homenaje a las raíces del género rioplatense y una inquietud constante por el diálogo honesto con la Buenos Aires de nuestros días. Se trató de una puesta en escena muy lograda que da para mucho más rodaje.
Luego, con Marucco a la cabeza se prestaron varios temas que, bajo esta idea fuerza, van en armonía entre el dos por cuatro clásico y sonidos presentes. También las canciones aluden a la vida en el Abasto y a sus perlas tangueras, entre las que se evoca el nombre de Osvaldo Peredo, gran cantor y habitúe de los cafetines.
El vecino y artista llegó a la puerta del bar a bordo del Siam Di Tella 1961 de Don Gastón, el mismo que utilizó Charly García para el video del tema In the city, la colaboración que hizo con Sting. Todo esto quedó registrado en audiovisuales que forman parte del proyecto completo.
La respuesta del público –también seguidores de larga data de esta camada de jóvenes creadores en el Abasto- fue instantánea y agitó cada uno de los tangos que sonaron en la noche de Strummer.
Los hacedores de El Porteñito resumen: “Es una declaración de principios y amor a Buenos Aires, al barrio, la amistad, el trabajo cooperativo y la pasión como motor innegociable. Reivindicamos y actualizamos la poesía del lunfardo, los ecos de la guardia vieja y las leyendas del Abasto. De Gardel y Luca Prodan se conectan con el presente distópico de consumos pasajeros y vidas digitales para crear un mensaje estrictamente necesario: el tango vive”.
“Entendemos el arte como un medio para expresar nuestra necesidad de transmitir valores, trascender, ser auténticos mirando hacia adentro y comprometernos con la actualidad. El proyecto se sostiene gracias al trabajo colectivo autogestivo con la convicción de que tenemos una responsabilidad de contar y transmitir la historia hoy y ahora. Un equipo de creadores que pone en juego su talento y compromiso para dar vida a una obra integral y trascendental. Hijos del tango es un concepto que se expresa a través de un disco, una película y un espectáculo”, resaltan.
Sobre el disco, resaltan: “La génesis surge de los samples del viejo tango, joyitas orquestales y vocales antiguas son la base a la que se le agregaron los sonidos modernos, para luego sumar la magia instrumental de los músicos del barrio que con alma y pasión componen la obra. La atmósfera de bocinas, sirenas, manifestaciones hacen del disco un paisaje sonoro donde surgen las canciones. Las letras son directas y, en lunfardo, hablan del barrio, de exitismo berreta, la virtualidad y los códigos, pero sobre todo de la importancia de mirar hacia adentro y ser honestos con lo que cantamos”.
La película: “A través de una estética cruda y cinematográfica se narra en episodios la historia del surgimiento de El Porteñito, aquello que lo llevó a transflorarse en él. También muestra las transformaciones de la ciudad a lo largo del siglo (con archivo), entrevistas y testimonios documentales de los viejos maestros del universo tanguero y garria que lo inspiraron. Desde la euforia de la noche hasta la decadencia del amanecer seguiremos las aventuras de este personaje”.
Y finalmente aluden al show: “Un bar quedado en el tiempo, un cofre desempolva el pasado que ya no existe y en un acto mágico contra El Porteñito. Acompañado por una orquesta (bandoneones, violín, guitarras), cantores, raperos, actores, bailarines de tango y flamenco se cuenta el viaje de El Porteñito: sus influencias desde la música urbana al tango tradicional, pasando por distintos matices y expresiones artísticas. Conviven el teatro, la danza, la música y performance en un show que no se parece a nada”.
J.M.C.