“Nos reunimos para hacer música en un espacio de creación colectiva. La Embarriada genera espacios de alegría compartida, para todas las edades”, señalan los integrantes de esta orquesta comunitaria integrada por vecinos y vecinas de Almagro, la cual ensaya los miércoles desde las 18 en El Club 3660, el flamante espacio social y artístico ubicado en Belgrano 3660, esquina Boedo, al sur del barrio
La directora de La Embarriada es la música vientista (saxo, flauta, clarinete), directora, compositora y docente Yamila Bavio, quien integra la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires. “Es una orquesta de vecinos amantes de la música. Buscamos generar un espacio donde la música sea el nexo que nos une y que podamos transmitir esa algarabía y devolver la música que nos pertenece”, dijo la artista a revista El Abasto.
La artista cuenta con una vasta experiencia liderando grupos de este tipo, desde la dirección de la Orquesta del Mate del grupo de teatro comunitario Matemurga de Villa Crespo, hasta Música en el Barrio, una orquesta juvenil que creó durante su residencia en Países Bajos con el objetivo de combatir situaciones de discriminación y exclusión.
“Cualquier persona que alguna vez tocó un instrumento o tiene ganas es bienvenido”, agrega Yamila sobre La Embarriada y asegura que “más que un ensayo, lo de los miércoles es un lugar de encuentro”.
En la orquesta aseguran: “Alentamos a que el público participe ya sea con el canto, acompañando con instrumentos de percusión o alguna consigna integradora”.
“Tocamos en escuelas, geriátricos, centros culturales, peñas, plazas. Interpretamos obras que compone nuestra directora, Yamila Bavio, especialmente para la orquesta, otras de creación colectiva. Nuestro repertorio también incluye folklore, y canciones para las infancias de autores populares argentinos”, indican en La Embarriada.
Esta orquesta comunitaria existe hace cerca de dos años, ensayó en distintos espacios públicos como la Plaza Almagro y se presentó en otra cantidad de lugares, incluido el Parque de la Estación de Gallo y Perón.
Según cuenta su directora, se trata de una continuación natural de la experiencia en la Orquesta del Mate, de la agrupación de teatro comunitario Matemurga del barrio de Villa Crespo. El grupo nació en 2002 y en 2014 se creó la orquesta. Al año siguiente Yamila, recién regresada de Países Bajos, se hizo cargo de la dirección del conjunto musical.
“Muchos de los que estuvieron en la Orquesta del Mate luego vinieron a La Embarriada, a este resurgimiento”, repasa Yamila.
“Para mí la música siempre fue mi herramienta para devolver todo lo que me dio la sociedad para dar posibilidades, es una especie de espacio de militancia”, señala y los distintos proyectos que encabezó a lo largo de su carrera dan cuenta de ello.
En sus épocas de estudiante en el conservatorio armó un coro de no cantantes, un espíritu similar al de La Embarriada: “Había científicos, porteros, psicólogos, por ejemplo. Era muy divertido por la diversidad de puntos de vista”.
A comienzos de la década del 2000 se mudó a Países Bajos y vivió ahí casi dos décadas. Allí recibió el diploma del postgrado en el Swelink Conservatorium (Conservatorio de Amsterdam) en saxofón clásico.
Mientras estudiaba, percibió las desigualdades y problemas que había a nivel territorial. “En el barrio en el que vivía había muchos problemas de discriminación. Armé un proyecto que se llamaba Música en el Barrio que, a 10 años de haberme vuelto, sigue activo, fue premiado por la Corona, que nos dio apoyo financiero”. Al hacer la petición a las autoridades se dirigió a la reina Máxima, con quien tuvo un encuentro cara a cara.
“La actividad empezó en una plaza de barrio y terminó en una orquesta enorme de 100 pibes de todas las procedencias”, celebró la artista hoy presente en el barrio de Almagro. De hecho, gracias a esta propuesta en 2013 fue nombrada Emisaria por la Paz por su trabajo integrador a través de la música durante los festejos por los 300 años de la Paz de Utrecht.
Con esta y otras experiencias es que hoy encara el desafío de La Embarriada: “Espero que se sume mucha gente. Estamos viviendo tiempos difíciles donde juntarse, comprometerse en lo colectivo se hace difícil. Espero que este espacio sea un lugar donde la gente se pueda acercar y crecer juntos y compartir”.
J.M.C.