¡Tierra
y libertad!*
Foto: Sem Terra,
Brasil. www.mre.gov.br
Los medios de desinformación
masiva que podemos leer en
esta ciudad están que
braman. El piquetero, ahora
subsecretario de Tierra y
Hábitat Social, Luis
D´Elía está
amenazando algunos latifundios.
Todo comenzó cuando
D´Elía se metió
sin permiso en “las
tierras de Tompkins”
en Corrientes, un terrenito
de unas 300 mil hectáreas
que incluye al menos un lago
virgen y por consiguiente
buenas reservas de aguas.
Este multimillonario anglo
es solamente un ejemplo de
los inmensos latifundios en
mano de extranjeros que en
general ni siquiera residen
en la Argentina. Según
el funcionario “En Argentina
hay 15 millones de hectáreas
en disputa, las cuales podrían
ser objeto de expropiación
por parte del estado”.
El latifundio de Tompkins
apenas implica un 2% de la
tierra que tiene en la mira
su Subsecretaría. Tompkins
sería poseedor también
de 100 mil hectáreas
en Santa Cruz. El multimillonario
italiano Lucino Benetton 1,8
millones de hectáreas
en la Patagonia. Ted Turner
sería poseedor de 50
mil hectáreas. Estas
cifras son según Página/12
de ayer.
Según
D´Elía “las
enormes extensiones de tierra
en manos de extranjeros son
una secuela de la década
menemista. Inversores entraron
por la ventana para quedarse
con tierras sin títulos
de propiedad, en muchos oportunidades
con meros actos posesorios,
legitimados por autoridades
locales”. Y eso conlleva
a los tantos desalojos de
familias que llevan décadas
o cientos de años en
el lugar. Muchas veces los
nuevos dueños imponen
sus propias leyes como si
fuese otro país.
En
Venezuela Chávez expropio
una serie de latifundios con
estas características
argumentando documentos anteriores
que mostraban al estado bolivariano
como poseedor legítimo
de esas tierras. Los Sem Terra
en Brasil hace años
que vienen luchando por el
derecho a su propia parcela
contra los latinfundios donde
si los toman para trabajar
se convierten en esclavos.
Claro, la derecha tiembla
si se toca la “propiedad
privada” y argumentan
que los inversores dejarán
de venir si no pueden confiar
en el país. Pero en
estos casos si se les deja
las tierras más que
confiar en el país,
es confiar en que pueden hacer
lo que quieren acá.
Un país que quiere
crecer de modo sano –en
vez de seguir engrosando las
villamiserias- debe hacerse
cargo de las tierras y permitir
que sus habitantes ancestrales
sigan viviendo en sus lugares,
además de ayudar a
que colonos pueblen dichas
tierras debidamente loteadas.
Y las que no, mantenerlas
como parques nacionales. Eso
es un derecho nacional. ¡Qué
paradoja que los que defienden
a estos multimillonarios se
autodeclaren nacionalistas!
R.S.
Bs. As. 29/8-2006
*Alución
a la película honónima
de Ken Loach.
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