Explotación
infantil y repercusiones:
la hora de los pibes
Imagen de
Colombia: www.soawne.org
La serie de notas que publicó
el diario La Capital
en torno a la explotación
de los chicos que son usados
como banderas para señalar
los campos que después
serán fumigados con
distintos plaguicidas despertó
el interés de la
agencia nacional Pelota
de Trapo, del Movimiento
Chicos del Pueblo. La síntesis
que se hizo tuvo una profunda
repercusión no solamente
en la Argentina sino también
en el exterior, al mismo
tiempo que los valientes
vecinos de Las Petacas,
centro oeste de la provincia
de Santa Fe, siguen produciendo
información en torno
a decenas de casos de cáncer
detectados en los últimos
diez años sin que
haya mayores respuestas
de los ejecutivos nacionales,
provincial o comunales.
Lo que sigue es la reproducción
de aquella pequeña
postal y la notable respuesta
de la Iglesia Anglicana.
Un reflejo que sería
necesario que se tenga por
estos pagos más cercanos
al lugar donde se verificara
tamaña explotación
laboral de los chicos.
Los
pibes banderas
Las Petacas se llama el
exacto escenario del segundo
estado argentino donde los
pibes son usados como señales
para fumigar.
Chicos que serán
rociados con pesticidas
mientras trabajan como postes,
como banderas humanas y
que luego serán reemplazados
por otros nadies.
“Primero
se comienza a fumigar en
las esquinas, lo que se
llama "esquinero".
Después, hay que
contar 24 pasos hacia un
costado desde el último
lugar donde pasó
el "mosquito",
desde el punto del medio
de la máquina y pararse
allí”, dice
uno de los pibes entre los
catorce y dieciséis
años de edad. Los
rocían con “Randap,
a veces 2-4 D. Tiran insecticidas
y mata yuyos. Tienen un
olor fuertísimo.
A veces también ayudamos
a cargar el tanque. Cuando
hay viento en contra nos
da la nube y nos moja toda
la cara”, describe
el niño señal,
el pibe que será
contaminado, el número
que apenas alguien tendrá
en cuenta para un módico
presupuesto de inversiones
en el norte santafesino.
No
hay protección de
ningún tipo. Y cuando
señalan el campo
para que pase el mosquito
cobran entre veinte y veinticinco
centavos la hectárea
y cincuenta centavos cuando
el plaguicida se esparce
desde un tractor que “va
más lerdo”,
dice uno de los chicos.
“Con
el "mosquito"
hacen 100 o 150 hectáreas
por día. Se trabaja
con dos banderilleros, uno
para la ida y otro para
la vuelta. Trabajamos desde
que sale el sol hasta la
nochecita. A veces nos dan
de comer ahí y otras
nos traen a casa, depende
del productor”, agregan
los entrevistados.
Uno
de los chicos dice que sabe
que esos líquidos
le puede hacer mal: “Que
tengamos cáncer”,
ejemplifica.
“Hace
tres o cuatro años
que trabajamos en esto.
En los tiempos de calor
hay que aguantárselo
al rayo del sol y encima
el olor de ese líquido
te revienta la cabeza. A
veces me agarra dolor de
cabeza en el medio del campo.
Yo siempre llevo remera
con cuello alto para taparme
la cara y la cabeza”,
dicen las voces de los pibes
envenenados.
“Nos
buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente,
pero algunos no porque usan
banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía
y caminamos 200 hectáreas
por día. No nos cansamos
mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía
la cabeza y temblaba todo.
Fui al médico y me
dijo que era por el trabajo
que hacía, que estaba
enfermo por eso”,
remarcan los niños.
El padre
de los pibes ya no puede
acompañar a sus hijos.
No soporta más las
hinchazones del estómago,
contó. “No
tenemos otra opción.
Necesitamos hacer cualquier
trabajo”, dice el
papá cuando intenta
explicar por qué
sus hijos se exponen a semejante
asesinato en etapas.
La
Agrupación de Vecinos
Autoconvocados de Las Petacas
y la Fundación para
la Defensa del Ambiente
(Funam) habían emplazado
al presidente comunal Miguel
Angel Battistelli para que
elabore un programa de erradicación
de actividades contaminantes
relacionadas con las explotaciones
agropecuarias y el uso de
agroquímicos. No
hubo avances.
Los
pibes siguen de banderas.
Las fuentes
citadas eran el diario “La
Capital”, del 3 de
setiembre; y la agencia
“La Fogata”,
del 15 del mismo mes.
La
solidaridad
Paula Tierno, la indispensable
responsable de la Agencia
Pelota de Trapo, se sintió
sorprendida por la repercusión
internacional que tuvo la
nota que denunciaba la explotación
de los pibes en Las Petacas.
“Un
saludo fraternal. Estuvimos
difundiendo la nota que
publicaron ustedes titulada
los PIBES BANDERA. Hoy mismo
acabamos de recibir el siguiente
mensaje de la Iglesia Anglicana
Latino- Americana de Canadá.
Considero que es de gran
importancia la nota que
envían los compañeros,
se las transcribo junto
a esta. También va
nuestro repudio por el martirio
que están haciendo
vivir a tantas familias
y nuestra mas firme solidaridad
para todas esas. Hemos contribuido
con un pequeño aporte
para que hechos como los
narrados sean denunciados
en todo el mundo. Reciban
nuestro mas firme y fraternal
abrazo bolivariano, internacionalista,
fraternal”, decía
la nota firmada por Ingrid
Storgen, de la organización
Amigos de la PAZ en COLOMBIA
y en el MUNDO.
Después
vino la adhesión
de la Iglesia Anglicana
Latinoamericana de Canadá,
nada menos.
El título
del documento fue claro
y contundente: “Ahora
por ellos”.
“Viendo
la importancia que es denunciar
esta clase de atropellos
contra los hijos de Dios
"Los Pibes Banderas",
la Iglesia Anglicana latino-Americana
ha publicado su nota en
http://noticias.blog.excite.it
y esperamos que los europeos,
estadounidenses y canadienses
quienes nos leen, se enteren
del trágico suceso.
Queremos contribuir con
nuestros medios posibles
para destruir las injusticias
de América Latina.
Ojalá sirva de algo
nuestro aporte y la próxima
noticia debe ser la de cortar
de una vez con toda con
este panorama miserable
y cruel. Que los jovencitos
argentinos y todos los del
mundo, gocen de igualdad,
bienestar y seguridad. De
igual manera cada varón
y mujer del mundo. Este
es un derecho y un deber
de todos, la lucha por la
igualdad y el bienestar
del mundo”, fue el
sentido, profundo y magnífico
documento enviado por la
Iglesia canadiense.
Mientras esto ocurre en
distintos lugares en el
planeta, en la provincia
de Santa Fe solamente se
produjo el pedido de informes
que hizo la senadora socialista
por Rosario, Patricia Sandoz,
todavía sin respuesta.
Desde
Buenos Aires, en tanto,
diferentes canales de televisión
están esperando la
posibilidad de filmar entrevistas
y producir investigaciones
de alto impacto visual para
expresar la dimensión
de la explotación
infantil que se esconde
detrás de los pibes
bandera de Las Petacas.
¿En
cuántos otros lugares
de la geografía santafesina,
en particular, y argentina,
en general, se producirán
hechos como los denunciados
en Las Petacas?
Una
pregunta que todavía
sigue, dramáticamente,
sin respuesta.
Y hace
rato que ha sonado la hora
de los pibes...
Carlos
Del Frade, Agencia
Walsh
Bs. As. 13/11-2006