Ideología para el saqueo

Meritocracia, cuentas off shore, estado policial… el modelo de Cambiemos. Ya no hay máscaras, la realidad está a la vista, no hay ya discursos ni majules que puedan disfrazar lo que ves.
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La ceocracia que gobierna hoy este país plantea el mérito propio como motor, donde la competencia hace que los más aptos “triunfen”. Esto implica primero que nada una mentira inicial, los más ricos hoy son por lo general herederos de ricos y no son ejemplos de nada, al menos de nada legal, por lo general están ligados a tareas mafiosas como la trata, la esclavitud o con suerte el contrabando. Su fortuna inicial por lo general data del exterminio de los pueblos originario, en otras palabras: genocidios y tomas de latifundios. Eso que fluye en las venas de los meritócratas es el saqueo, que es lo que vienen haciendo con los recursos y el fruto del esfuerzo del pueblo trabajador. Cuando digo trabajador me refiero a todo aquel que debe, o tuvo que, trabajar para subsistir, por ende puede ser empleado, cuentapropista, jubilado, emprendedor o empresario incluso. Nos ponen continuamente ejemplos de los “triunfadores”, siempre con la vara puesta en lo material, esos que sin nada lograron todo. Y existen, claro, como toda regla tiene sus excepciones. Pero la verdad de la milanesa es que del actual gabinete no hay ninguno de esos, todos son de cuna de oro (y sino se enriquecieron desde la función pública). Entonces, esa es la primera falacia del verso de la meritocracia.

 

La segunda falla es que es obsoleto, se sabe a ciencia exacta que la humanidad no sobrevivió por descartar a los más débiles, sino todo lo contrario, por el sentido de solidaridad que la unió durante las diferentes épocas; así pese a no ser animales de colmillos grandes, ni poseer las extremidades más veloces, es que vos y yo aún estamos acá sin haber sido devorados -nuestros ancestros- por otras bestias. Este saber, el beneficio de la ayuda mutua, lo viene incorporado alguna industria haciendo que los equipos de trabajo supere la cinta fordeana. Esto exige más saberes de los integrantes, que son tratados como seres humanos, en lugar de colocar a los de más debajo de la pirámide social como meras piezas automáticas al servicio del capital.

 

Esto de la pirámide social nos lleva a la sociedad de castas, o como gusta decir en Occidente, clases sociales. El proyecto de país, ya lo anunció hace años Gabriela Michetti es la India, que más allá de su interesante cultura milenaria (con otro concepto del dar comida, por ejemplo) tiene una clase social baja -en condiciones materiales muy precarias- superamplia, debajo los parias y arriba, en diferentes estratos, las clases burguesas y dominantes. Nuestra división lamentablemente también incluye parias (aunque de otro tipo) y una clase trabajadora baja, pero una clase media trabajadora mucho más amplia, para luego dar lugar a la burguesía con rentas y las clases dominantes. En otras palabras, pretenden que la clase media trabajadora baje a clase trabajadora de bajos recursos, y agreguemos por lo que vienen mostrando: con poca y mala educación (ya trabajando gratis antes de recibirse), muchos costos, muchas horas de trabajo, ideal para que se pueda mantener un statuos quo opresivo en beneficio de las clases dominantes.

El apoyo que hace el macrismo en las villas miseria está claro que beneficia al futuro propietario villero que luego alquila una habitación al costo de cualquier pieza en la Ciudad de Buenos Aires con la única diferencia que es sin garantía. Entonces, está fomentando clases sociales también en las villas.

 

Para el pequeño comercio barrial la situación se hace cada vez más insostenible, por ende habrá rubros que se sostendrán, especialmente si los gastos no lo superan por ser, por ejemplo, propietarios del inmueble, mientras que las grandes empresas se ven continuamente incentivadas; cuestión visible en el valor de las acciones en la bolsa. ¿De qué empresas hablo? De las que no podemos evitar contratar: Edenor, Edesur, las de gas, las petroleras y luego las grandes empresas del campo y las cadenas de supermercados más grandes que cuando el zapato aprieta el estado apoya, como en más de una crisis ha hecho con los bancos.

 

Otros claros beneficiados son las empresas amigas que hacen obra pública y otras en las cuales los integrantes de la ceocracia actual tienen sus acciones. Desde el 2001 que no se llevan tanta divisa al exterior, a tal punto que no les da vergüenza decir que buscan inversores mientras ellos mismos tienen su dinero en paraísos fiscales. Mientras una cuenta así le costó el puesto al primer mandatario islandés Maurcio Macri tiene como cincuenta y es como si nada. Eso sin duda gracias al blindaje mediático que continuamente tejen sus socios de los medios masivos de incomunicación social que usan la mentira sin problemas morales. También vale agregar que tiene su beneficio que estos que se autoproclamaban “republicanos” tengan gran parte del aparato judicial a su favor, como vemos en las persecuciones que luego resultan basadas en mentiras del juez Claudio Bonadío, o el veredicto de Paola Cabezas Cescato que no dio lugar al amparo de los medios vecinales pese al recorte ilegal de la pauta por parte del subsecretario de Comunicación Social, Máximo Merchensky del GCBA. Podríamos mencionar el oro que llevaron a Londres, la entrega total de Malvinas, del ARA San Juan, del Lago Escondido o del país de Benetton… Me atrevería a decir que estamos ante el segundo saqueo más grande de la historia de este país, por no decir, del continente sudamericano entero. Y no es necesario ser Eduardo Galeando para notar las garras del águila apoyando los contras en todo el patio trasero.

 

Ahora, un tema a considerar. Nunca en tan poco tiempo se ha solicitado tanto crédito en forma de deuda externa. Y recortando tanto a la clase trabajadora, mayoritariamente empleada de las tan golpeadas pymes, la recaudación fiscal caerá. Eso hace que mañana habrá mucho menos dinero en las arcas del estado en forma de ingresos al estado en forma de recaudación o préstamo. Con lo cual si ahora hay ajuste, ¡agarrate para mañana! Y ni hablar del miedo al corralito que ya desató la estampida por el dólar, cuestión que se notó estos días en los bancos. Sostener un mundo de injusticas solo se puede por la fuerza. No es casualidad el aval del presidente al policía que de civil disparó y mató por la espalda a un delincuente. Esa doctrina Chocobar ha ya arrojado un saldo de varios muertos, desde los jóvenes Rafael Nahuel en Bariloche hasta Matías Rodríguez en Flores hace unos días.

Sin embargo, la ceocracia que está subvirtiendo nuestro orden social fue avalada por el voto popular. En otras palabras, hay muchos vecinos confundidos o directamente cómplices de este saqueo y de este sistema de exclusión premeditado. Habrá muchos arrepentidos, seguro, que creyeron en las mentiras de campaña. Pero ahora que ya todos sabemos pregunto, vos, ¿qué país querés? ¿Un país incluyente o un país para unos pocos (donde vos casi seguro quedás afuera)?

 

R.S.

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