Revista N°205

Reptiloides Mutantes Ninja

Charla con el colaborador de Alegría Política Horacio Langlois, autor de:

Horacio Langlois es dibujante e integra el colectivo Alegría Política, que sube trabajos de historieta y humor gráfico a redes sociales y hace poco publicó un anuario, financiado en una campaña digital. Participó en la Noche de los Dibujantes, celebrada en este barrio del Abasto, en la Ciudad Cultural Konex. Además, hace la historieta “Reptiloides Mutantes Ninja”, donde reversiona a las célebres tortugas con personajes de la política, el periodismo y la farándula.


-¿Cuándo empezaste a publicar tus historietas?
-Creo que lo particular de mi caso es que no vengo del palo de la historieta, nunca estudié con nadie ni conocía a nadie. Siempre fui un simple lector, y alguien que dibuja en sus ratos libres. De hecho me dedico a otra cosa y me gano la vida con otro tipo de trabajo. Pero hace un poco más de un año me picaron las ganas de mostrar lo que hacía para mí mismo y empecé a subir todo a internet. Primero a un blog y luego a la página de Facebook. Por suerte la respuesta fue muy positiva y hasta me valió elogios de gente que admiro muchísimo del medio.

-¿Quiénes han sido tus influencias?
-Creo que una referencia bastante obvia es Cazador de Aventuras, su humor zarpado y malaleche mezclado con una estética de comic yanqui. Por otro lado, la revista Barcelona y el humor de Sergio Langer, Esteban Podeti, Diego Parés, que leía más seguido cuando viajaba a Capital Federal a laburar. Finalmente, crecí dibujando a las Tortugas Ninja, era fan medio enfermito de muy chico, así que fue como seguir un poco el mismo ejercicio.

-¿En qué ferias has participado?
-Mi primera experiencia fue en febrero de este año en la Noche de los Dibujantes (celebrada en la Ciudad Cultural Konex), donde se hizo una muestra de originales de Alegría y estuve dibujando para el público. Me sorprendió que se acercara a pedirme dibujos gente que conocía lo que había hecho en internet, y también gente que había visto dibujos míos en la muestra ese mismo día. Y estuve sentado dibujando al lado de Jorge Lucas, el creador de Cazador, y no me enteré hasta que me contaron después. Me quería matar.

-¿Cómo surgió la idea de esta sátira política?
-Principalmente como un hobbie. Hacer caricaturas es casi un vicio que llevo desde la primaria, donde dibujaba a la maestra, profesor o algún compañero haciendo el ridículo, y mis amigos se divertían y pedían más. Que lo siga haciendo de grande como una catarsis ante lo que pasa en el país y lo que sufrimos para llegar a fin de mes salió como algo natural.

-¿Cuáles fueron las reacciones de los lectores? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
-La verdad me sobrepasó bastante. Siendo alguien que no se dedica a esto ni que comparte el medio, no tenía ninguna expectativa concreta, pero fue muy lindo saber que a la gente le gustaba lo que yo hacía. Me llamó la atención que mucha gente que compartió mi trabajo en Facebook no eran lectores habituales de historietas, mientras que otros me escribían diciendo que hacía rato que querían leer algo así y que estaba haciendo falta. Creo que eso se debe a que lo único que hay hoy con verdadera sátira política es la revista Barcelona, donde quienes hacen historieta en realidad tienen un espacio un poco limitado, y si no me equivoco viven de lo que publican en otros medios; y desde hace año y medio la página de Alegría, que nuclea a muchos de los que hacemos este tipo de humor.

-De Satiricón a Alegría Política hay toda una gama de sátira política, ¿por qué creés que sigue siendo efectivo reírse del poder?
-Creo que lamentablemente es una de las pocas cosas que nos quedan. Frente a votar cada dos o cuatro años a nuestros representantes (que a veces puede parecer la nada misma) o salir a las calles a protestar o llevar una vida de militancia (que nos exige desatender un montón de otras cuestiones importantes para los que llevamos una vida de laburante) a veces reírnos de los poderosos es lo único que podemos hacer. Y esto es así en todos los ámbitos, en el estudio, en el trabajo, no sólo en la política, y hoy más que nunca. Hace quizás cincuenta años el trabajador trataba con sumo respeto al patrón y hasta le temía, pero estaba afiliado a un partido político, sindicato, o alguna institución desde la que podía expresarse. Hoy es habitual oír a los empleados decir que su jefe es un pelotudo o un inútil, quizás como válvula de escape a una sociedad que desde los años '70 destruyó todos los canales de militancia política o sindical que teníamos.

-¿Cuáles son tus planes a futuro?
-Seguir subiendo material a las redes. En este momento intenté darle un cierre “provisorio” a Reptiloides Mutantes Ninja y estoy desde febrero con una serie de adaptaciones de cuentos célebres, tratando de respetar el tipo de humor que venía manejando. Tal vez pasar al papel en algún momento, pero deberían darse muchas condiciones económicas que hoy están muy lejos para mí. Por otro lado estoy comenzando a producir otro tipo de material además de humor, más “serio” y clásico, relacionado con la crítica social, o la ciencia ficción, que en algún momento cercano va a salir a la luz.

J.M.C.

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