El Conde de San Cristóbal abre sus puertas

Con una apuesta con sentido hogareño y augotestivo, esta casa de arte ofrece talleres y veladas culturales.
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Al sur de San Cristóbal, donde los caminos se entrecruzan y la barriada dice ser de Constitución o también de Parque Patricios, hay un nuevo espacio cultural. En un territorio donde todavía las casas bajas y las construcciones labradas son mayoría, la Casa del Conde se alza como un reducto cultural con raíz hogareña y propuestas diversas.

 

Quienes están al frente de este emprendimiento son la poeta Victoria Ronsano y el músico Nano “el Conde” Anffosi. Escaleras arriba de la misteriosa casona de la avenida Entre Ríos, esta pareja nos recibe y, luego de caminar entre penumbras amuradas por velas, damos con una sala de estar rodeada por bibliotecas y alumbrada en tonos naranja cálido. También hay cuadros colgados; son de artistas que han participado de distintos ciclos, dirán ellos entre mates y café. En los estantes se pueden rastrear clásicos universales, pero también editoriales independientes contemporáneas, cuyos artistas van a dar a lo del Conde para recitar poemas y prosa. También hay discos de sellos alternativos.

 

Esta sala resume el espíritu de lo que Victoria y Nano idearon y ahora han puesto a rodar. “Cuando pensamos tener un centro cultural, buscamos que sea hogareño, que sea un lugar cálido para los artistas que vienen a exponer, para los talleristas y sus alumnos, incluso para nosotros; en esta sala nosotros también vemos películas”, ejemplifica ella sobre el lugar que es su morada y también hogar de expresiones artísticas emergentes.

 

Nano asiente y cuenta que, cansado de malos tratos o sentirse un mero número en salas de ensayo, decidió hacer las cosas a su manera y romper algunos muros mentales. “La cultura es un beneficio superior a pasar un buen momento. Como en clubes de barrio, son un lugar de encuentro, un foco de resistencia. Así pensamos a este lugar”, describe.

 

Luego recorremos la casona. Hacia Entre Ríos hay una gran sala, que una veintena de personas aloja, de techos altos y en bodega, muros resplandecientes y pisos crujientes de madera. A un costado hay un escenario hecho en palet que soporta una banda musical entera. Todo es desmontable, dice Nano y afirma que es mejor así, para que cada experiencia cultural, cada ciclo, pueda utilizar el espacio de la mejor forma posible. También comenta en voz alta la idea de hacer proyecciones contra los muros blancos del lugar.

 

Luego vamos hacia otra de las salas, más pequeña e íntima. Está pintada en violeta y sus sillas hacen juego. Es el lugar para talleres y clases particulares. Entre la sala de las bibliotecas y esta, dice Victoria, pueden alternarse talleres de poesía, apoyo escolar y propuestas similares.

 

En el presente, a un mes de su llegada a San Cristóbal, hay clases de física, matemática y química (profesor Facundo Floria), taller de astrología (lo dicta la propia Victoria), taller de folclore (Martín Orellana). Pronto darán a conocer nuevos cursos. Hay una sala intermedia donde Victoria y Nano montaron una feria americana. Buenos precios, ropa impecable, probadores y muchos espejos.

 

La habitación más grade, aún en reforma, está al fondo de un pasillo descubierto. Hay un andamio de tres metros que intenta, sin éxito, llegar hasta el techo en bodega. Hay escaleras, baldes y demás elementos de albañilería. Nano y Victoria hacen buena parte del trabajo obrero y estiman que usarán el lugar para ensayos teatrales.

 

Lo del Conde también tendrá su estudio de grabación, nos cuenta Nano, quien ya tuvo una sala en el barrio de Recoleta. Para convocar gente, hacía promociones, prestaba instrumentos sin costo y hacía grabaciones en forma gratuita. En horarios poco concurridos dejaba la hora a la gorra para fomentar la concurrencia.  

 

En cuanto a las noches culturales, Victoria y Nano cuentan que hay un ciclo llamado Como Los Bueyes, organizado por Víctor Cabrera, Daniel Quintero y Luis Erker, quien es un viejo conocido del Abasto por formar parte del mítico grupo de poetas Maldita Ginebra. También hay veladas de  jazz y cumbia para dar variedad a la concurrencia.

 

Estas noches se amenizan con cocina casera, hecha por sus anfitriones. Se busca también ofrecer una carta accesible. Que el dinero no sea un motivo para seguir de largo, dicen ellos.

 

Esta mezcla de actividades diurnas, como los talleres, y las nocturnas configuran el entramado de propuestas en lo del Conde. Además de hacer las reformas, contestar mails de talleristas y alumnos, ambos ponen su tiempo para dar a conocer la vida social y cultural de esta casa en redes sociales y en la barriada cara a cara.

 

“Cada vez que salgo a hacer las compras, llevo volantes y reparto por ahí”, dice Victoria como quien aprende una gimnasia que en un principio da fiaca y luego se termina por convertir en un buen hábito. Ella misma habla de salir del lugar de confort de creer que la gente va a venir sola e ir en busca de nuevos públicos, sobre todo vecinales.

 

Luego de unos cuantos mates, nos despedimos de Nano y Victoria, quienes continuarán trabajando a tiempo y destiempo para que la Casa del Conde sea el reducto de grandes expresiones artísticas y comodidad hogareña que idearon al principio de este camino. La barriada, agradecida.  

 

Agenda Julio/Agosto

 

*Viernes 14 de Julio-22.30 hs

Ciclo de música y poesía: COMO LOS BUEYES

Organizan: Victor Cabrera, Daniel Quintero y Luis Erker

 

*Sábado 15 de Julio-22 hs

Noche de música con: Julio Paxton, Lucio Insomnio y Muna

 

*Viernes 21 de Julio-22 hs

Ciclo poesía y cumbia

Organiza: Fabián Leppez

 

*Sábado 22 de Julio-22 hs

Ciclo de poesía

Organiza: Mar Utopía

 

*Sábados (horario a convenir)

Clases de física, matemática y química

Profesor: Facundo Floria

 

*Sábados y días de semana (horario a convenir)

Taller de astrología

Profesora: Victoria Ronsano

 

*Agosto-Jueves de 19.30 a 21 hs

Taller de folclore

Profesor: Martín Orellana

 

Contacto:

Facebook: La casa del Conde

011-1523246015

 

J.C.

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