Revista N°204

“El Abasto es un lugar de identidad que todo el tiempo está autodefiniéndose, reafirmándose”

Hablamos con Octavio, uno de los propietarios de la inmobiliaria Palazzo Caputo Hijos que nos presentó un panorama esperazador

Octavio “Tito” Palazzo Caputo es uno de los propietarios de la inmobiliaria Palazzo Caputo Hijos, emblemática del barrio. Como exdueño del Limbo Teatro, asegura que los teatros independientes y la oferta gastronómica revitalizaron la zona.

 

Él puede ver sus caras. Sobre ese vidrio, que da a la avenida Corrientes y el ex Mercado de Abasto, de tanto en tanto esos hombres y mujeres se paran para ver los carteles repartidos en el cristal. Octavio “Tito” Palazzo Caputo puede divisar desde su escritorio esas caras de asombro, cejos fruncidos, desdén, esos suspiros. Desde su silla en la inmobiliaria más distintiva del Abasto, Palazzo Caputo Hijos, ha visto pasar los trajines de la economía y asegura ahora que, con los ojos por el piso y la cara de cansancio, muchos se acercan a su silla a preguntar cómo, cuándo, qué se tiene que hacer para acceder a un crédito, para tener un hogar.
            Sentados en este mismo escritorio donde se firman papeles que sellan destinos, pertenencias, sueños, Palazzo Caputo nos recibe para hablar del ritmo que se respira en inmobiliarias porteñas. Asegura que hay más movimiento, sobre todo en los boletos de compraventa de menos de 100 mil dólares por el otorgamiento de créditos, pese a que la relación salario versus costo de un departamento es “de las más grandes de la historia del país”. “En la capa donde trabajamos los inmobiliarios medianos, pymes, ahí hoy se ve un pequeño movimiento mediante el crédito”, define.
         Al momento de charlar con Tito desde el Banco Central habían anunciado que se estudiaba la posibilidad de otorgar créditos a los desarrollos inmobiliarios desde el pozo (antes de la construcción del edificio). “En Perú se cambió el código vigente para hacer una hipoteca de bien futuro. Fue un boom. Primero se largaron privados con apoyos de bancos y cierto apoyo del estado y luego se corrió el estado y fue una iniciativa privada con una cierta demanda ya integrada que permite hacer un pequeño desarrollo en pozo”, cita como experiencia exitosa a replicar.


Imagen de modo ilustrativo.


       Octavio también es una voz calificada para hablar sobre la intención del Gobierno porteño de reformar los Códigos Urbanístico y de Edificación. Al respecto, argumenta: “Una de las cosas que se prevé es que el desarrollo del tejido urbano sobre avenidas, las manzanas que están en avenidas, tendrían un conglomerado edilicio siguiendo toda una línea uniforme de contornos, una envolvente a nivel urbanístico y arquitectónico”.
         “Lo que visualizo yo es que las manzanas que están, por ejemplo, sobre Corrientes o Córdoba tenderían a crecer siendo las manzanas más compactas, y las que están alejadas a una manzana de la avenida podrían mantener la fisonomía de arquitectura o edificios bajos. Eso podría traer como impacto nuevo, para que las avenidas estén más consolidadas. Seguiría la envolvente de la avenida. En avenida de por sí es alto. Toda la manzana, respetando la normativa de pulmones, troneras, medianeras y demás, tomaría esa dimensión, esa volumetría”, agrega al respecto.
        Según su óptica, es positivo que haya más capacidad de construcción. “Nos es más barato crecer para arriba que tomar tierra horizontal. Dentro de lo que es el cordón de la avenida General Paz no se puede tomar más tierra. Puede que haya, por ejemplo, asentamientos, pero primero hay que urbanizarlos o reubicar a la gente. La tierra es un recurso escaso dentro de la circunscripción. Si nos vamos pampa adentro sí, pero las ciudades tienen un polo atractor por eso están los anillos, los cordones del conurbano. El primero y el segundo crecieron una barbaridad en el último tiempo. Conviene estar más cerca, no viajar tanto. Todos quieren estar en la Capital”, afirma.
       Asegura que “los desarrollos de los últimos años no fueron hechos ni para clase media ni baja”:“Son para el ABC1 de rentas, para quien puede pagar un buen alquiler o para que el segmento de capital acomodado que se fue a lugares más grandes o caros”. Afirma que el desafío está en generar una oferta de departamentos de dos ambientes o monoambientes a los que puedan acceder populares sectores.
       Por otra parte, dice que el estado de la Ciudad tiene que invertir para que una cadena de edificios altos, tal como se construyeron en los últimos años en distintos barrios como los de la Comuna 12 o más cerca en Caballito, no dejen sin agua a las casas bajas: “Eso tiene que estar acompañado al crecimiento”.

 


Capusotto con Tito.

 

Veta actoral
Tito Palazzo Caputo tiene también una veta artística. Es actor, apareció en videos de Peter Capusotto, y fue dueño de lo que en su momento fue Limbo Teatro (quedaba en Guardia Vieja, entre Agüero y Gallo), pionero de la movida alternativa en la zona.
     Sobre la vida en el Abasto, asegura que en el barrio hay una “identidad cada vez más singular”: “Siempre la tuvo, pero está teniendo una impronta propia. Policultural. Lo que veo en la zona es que hay propuestas alternativas, como gastronomías o de teatro. Caminás por Guardia Vieja a la noche, por el Konex (Sarmiento 3131) y tenés un paseo con teatros y bares, salas alternativas, independientes. Son desarrollos culturales fuera de lo que es la institución cultural. Son válidos por ser independientes. Por las salas chicas pasa la vanguardia, la transformación.
     “Esta bueno tener un mega shopping cultural como es el Centro Cultural Néstor Kirchner y apostar a propuestas grandes. Por ahí pasan cosas que ya tienen una circulación en la escena independiente. Pero la semanilla está en este tipo de salas pequeñas. Eso genera lenguajes nuevos, propuestas nuevas, tanto en el arte como en los bares”, agregó.
    “Está muy abierto el Abasto. Se diferencia claramente de barrios como San Telmo y Palermo, pese a que haya una movida similar. Está más transitable que en otros tiempos, con un perfil más definido”, añade y afirma, desde su lugar como referente del Limbo Teatro e impulsor de una forma de hacer cultura en el barrio que sigue vigente: “Empujamos en una época para que así fuera. Era difícil cuando había solo un par de salas. Ahora hay un montón”.“El Abasto tiene una identidad que todo el tiempo está auto-definiéndose, reafirmándose”, concluye Palazzo Caputo.

 

J.M.C.

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