Trabajando en la redacción de esta revista escuché ruidos violentos y al asomarme al balcón pude ver unos cuantas personas y un tipo tirado en el suelo, siendo un tanto maltratado. Entendí que se trataba de algún tipo de ratero y lo iba a dejar pasar pero la situación estaba caldeada. 

Así que bajé. Solicité no patearlo en el piso. Mientras alguien lo iba atando de pies y manos con cinta adhesiva gruesa. Pregunté lo que había sucedido y me dijeron que había tratado de robar a una señora a la vuelta, sobre Maza. Después de un ratito se acercó el primer policía. Fui a la vuelta a ver a la señora herida. Es la chica del quiosco-almacén, lloroza, golpeada y con sangre en la mano: “frené un cuchillazo con la mano. Ahí quedó tirado el cuchillo”. Se trata de una cuchilla muy grande, con unos 40 cm de filo... ideal, supongo, para cortar quesos o salames. El delincuente la había tomado cuando ella le desbarató su arma de “fuego”, luego de descubrir que era un revolver de juguete. La intención había sido robarla pero la chica se resistió valientemente y hubo vecinos que se acercaron, lo corrieron y lo capturaron justo en la puerta de la redacción. Recibió una golpiza, porque el delincuente tenía ensangrentada la boca y, como dije más arriba, más de uno lo pateó tirado en el piso.

Finalmente se acercó bastante personal policial y una ambulancia. Pudieron atender a la chica del quisco a la que le tomaron declaración y llevaron detenido al fulano, que esperemos no se acerque más por la zona.

R.S.

Fotos: Arriba la gente que lo detuvo, golpeó y ató con cintas adhesivas gruesas. 
Abajo con los primeros oficiales ya presentes en el lugar de la detención.