Revista N°203

Cambiaron las reglas del juego

Situación del comercio barrial

Esta frase armada, casi ya un cliché gastado, hoy está más vigente que nunca dentro de los comerciantes de la zona.

    Nos encontramos con un viejo comerciante del barrio de Almagro, propietario de su fondo de comercio desde hace décadas, el nos decía: “nos cambiaron las reglas del juego…” y comenzó a explayarse. Entre disgusto, desilusión y sobre todo pena pudo transmitir en qué era para él, esto de cambiar las reglas del juego… “Cuando los aumentos tarifarios por servicios son casi del 500%, la inflación es superior a los índices publicados sin seguir ninguna variable, las expensas y alquileres aumentan hasta un 80%, ahí te cambian las reglas…” sostenía en su monólogo el angustiado comerciante.
    Entonces decidimos meternos más en tema, no solo con el particular sino un pequeño relevamiento zonal… ahí tomamos conciencia realmente sobre qué es lo que está pasando. El consumo está en escalera descendiente, por ende las ventas decaen, los costos operativos mensuales de un comercio de siete u ocho empleados es tremendo, escapa todo tipo de análisis, por eso cierran comercios todos los días.
    CAME, la cámara de mediana empresa, no se involucra en el tema, las autoridades menos, entonces, los comerciantes, ¿por quién están representados? Por ahí escuche el sindicato de Cavalieri… ¡como si los sindicatos fueran propiedad de individuos! Tremenda realidad… ¡espantosa! Son monopolios unipersonales o familiares desde hace décadas, pero el sindicato de Cavalieri representa supuestamente a empleados, no a comerciantes. Entonces las distintas cámaras y las autoridades dejan que la actividad la destruya el propio gobierno, principal cambiador de reglas en nuestro país. Las cámaras se muestran inactivas y complacientes con las nuevas reglas, donde nadie invierte ni siquiera en un quiosco, para dar trabajo a dos personas, porque suena más atractivo el nuevo vocabulario de las nuevas reglas, como las letras, los plazos fijos o los bitcoins.
    Pero esta película ya la vimos, y no tiene un final feliz para la mayoría, y eso apena aún más. Cuando en nuestro país a fines de los 70´ se adoptaron políticas económicas casi idénticas a las de hoy, los únicos que se vieron beneficiados fueron los especuladores financieros, que giraban sus ganancias al exterior. Hoy aún peor, empresas argentinas ya se radican en el exterior, tratando de engañar a la “gilada”, con eso que “nosotros pudimos pasar el muro”, es totalmente al revés, donde se exportaba ya no se exporta, directamente se produce donde se consume, por ende: más desempleo para el país.
    Lamentablemente este es el camino económico y no hay nada que pueda revertirlo, solo acompañar la angustia de todos, brindando la mayor compresión a los comerciantes barriales, donde en cualquier momento se cierra y se desemplea más gente aun. Tal vez ese era el cambio y el 52% de los argentinos imaginaban que el cambio venia para mejorar la salud, la educación y la seguridad…

 

Eduardo Scofu
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