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DESTROZANDO EL PLANETA…
DESTROZÁNDONOS

Todas las brechas entre humanos se agigantan. Hagamos un pequeño recorrido, sin duda incompletísimo.

POLARIZACIÓN DE INGRESOS
Aunque algunas sociedades como la argentina (y, por ejemplo, la china) han generado capas medias considerables, en el planeta nunca ha sido tan distante como hoy día la distancia entre ricos y pobres; entre el primer decil de cualquier escala económica y el último. No solo que los 700 millones de personas más ricas del planeta son mucho, pero mucho más ricas que los 700 millones más pobres (de un total de casi 7000 millones, que es la población humana). Y si en lugar de hablar de décimas de población hablamos de centésimas partes, nunca los 70 millones más ricos del planeta han estado tan lejos, en disponibilidad de bienes, de los 70 millones más pobres. En rigor, eso “siempre” ha sido así, pero “lo nuevo” es cómo esa distancia se ha ido agigantando década a década, año a año… al punto que hoy la fortuna acumulada de los 300 ricachones más grandes del planeta iguala casi el patrimonio combinado de unos 3 mil millones de seres humanos, la mitad de la humanidad…
   Las diez personas más enriquecidas del mundo tienen un total declarado de medio billón. Fácil decirlo, no tan fácil contarlo. Fulanos con 40 mil o 50 mil millones de dólares cada uno.

LAS VENAS ABIERTAS DE LA PERIFERIA
La prensa ha comentado que el gobierno ecuatoriano, el de Correa, ha querido demandar a la Texaco-Chevron por varios miles de millones… en realidad, el destrozo hecho por la petrolífera en la naturaleza y el ambiente amazónico en Ecuador es impagable. La empresa esquiva el mandoble con la consabida venta de empresas, recolocación de activos, pero si hubiese habido un sistema judicial con pretensión de ecuánime y hubiese exigido la reparación, los veinte mil millones de dólares le cambiarían sí la vida cotidiana a muchos ecuatorianos, tal vez fueran sabios y lograran invertir una parte en producción de conocimiento y en métodos de reparación ambiental, pero ni con todo el oro del mundo, Ecuador podría borrar o superar la contaminación sufrida.
   Lo mismo que en Ecuador, pero tal vez agravado diez veces, es lo que han hecho y hacen las compañías petrolíferas en Nigeria. La resistencia, como la emprendida por la etnia ogoni, los lugareños más terriblemente afectados por la contaminación, fue liquidada por el estado nacional, cómplice, como siempre de las transnacionales, mediante un juicio sumario y ocho penas de muerte (y probablemente una serie de encarcelamientos…).
   La población “entendió”. Así funcionan las venas abiertas: se llevan lo que necesitan y no hay que chistar ni por la pérdida ni por la mugre que van dejando… Queda el ínfimo recurso de lugareños que pinchan un gasoducto o un oleoducto para retener algo de la sangría que hace ya décadas denunciara Galeano, y que por la precariedad del “pellizco” corre siempre el riesgo de explosión u otro fallo al afectar ductos que están bajo presión….
   Esos gestos de retener para uso propio un átimo siquiera de todo lo que Shell, Enron y otros consorcios del Primer Mundo extraen y se llevan, se “paga” a veces muy caro por la precariedad, justamente, de la quita o merma, con horribles accidentes, explosiones, por ejemplo o derrames.
   Será el momento para que “periodistas” serios se pregunten cómo es posible que haya robos tan insensatos…

YA QUE NOS LLEVAN TODO, VAYAMOS ALLÁ…
África es sin duda el continente más devastado, lo cual es a ojos de quien escribe, la prueba más clara de la persistencia del racismo.
En barquichuelos vetustos a cargo de traficantes de carne… humana.    Sobrecargados, porque acumulan pasaje para mejorar “el negocio”. Eso mismo facilita el naufragio, porque muchas veces el barco no llega a destino, como pasó recientemente en las aguas de la isla italiana de Lampedusa, donde el incendio en una embarcación atestada con 550 refugiados acaba con la vida de 400. Los últimos cien cadáveres fueron retirados del barco hundido días después... en una danza macabra con otro naufragio de un barco también procedente de África con unos 250 a bordo, que también naufragó. Algunos estiman que por exceso de peso, pero como estaban las dotaciones navales italianas en plena tarea, rescataron vivos a más de 200 y “sólo” hubo 34 muertos, 10 de ellos niños…
   El Mediterráneo no es el único mar cruzado por tales embarcaciones, así como tampoco eran “las pateras” las únicas embarcaciones para cruzar el Caribe (menos de 100 km. en el caso de Cuba-EE.UU.).
   Muchos refugiados del sudeste asiático, filipinos, laosianos, birmanos, han procurado llegar a costas australianas, repitiendo el mismo esquema que en Europa con gente procedente del mundo árabe o del mundo afro... En el océano Índico las autoridades navales australianas “ayudan” a que los barcos naufraguen mediante el muy racional método de agujerearles con disparos los costados de la embarcación por debajo de la línea de flotación. Lo hacen cuando su “conocimiento” de la costa les permite estimar que el barco no se hundirá en el océano sino que encallará sobre el fondo. En teoría, eso les permite abordar con comodidad el barco “intruso”, reubicar a todos sus viajeros en otras embarcaciones y llevarlos a alguna isla a miles de km. de distancia de Australia donde se los depositará… (y se les proveerá de comida como en los zoológicos mejor administrados).
   La historia de estos trajines conoce algunas veces en que el barco fue torpedeado un poco “antes” y han muerto sus ocupantes aunque se trataba “apenas” de un fondo marino que estaba a 5 o 10 metros…
   Pero no sólo en el mar el mundo enriquecido mata a pobres. Hay casos que ni siquiera llegan a los barcos, como acaba de registrarse con viajeros desesperados de dos camiones destartalados con población que abandonaban desesperadamente Nigeria, con la idea de cruzar Níger, Argelia y llegar al Mediterráneo. Los camiones esta vez, fallaron, y pese a los pedidos de auxilio que encararon los mismos viajeros, luego de perder contacto con ellos durante casi dos meses fueron hallados, en el desierto de Níger, cerca de la frontera con Argelia, 92 cadáveres… madres abrazando a sus niños, otros menores más y varones, desparramados debajo de árboles… se estima que muertos, finalmente, por sed.
   Para estigma eterno, el gobierno español en particular y el europeo en general, en Ceuta por su policía española se dedicó a balear a quienes escalaban las alambradas. Mataron así, tirando al blanco… a diez hombres… negros.

LA EXPORTACIÓN DE LA MUERTE
En Afganistán mueren año a año varios centenares de lugareños por minas antipersonales colocadas por EE.UU. y otros ejércitos de ocupación que no las han quitado al retirarse… son afectados desde el comienzo del siglo unos mil seres humanos cada año y un tercio resulta asesinado, en tanto los restantes perderán una o dos piernas u otras partes, siempre vitales, de sus macerados cuerpos. La “costumbre” de tender minas antipersonales no se ha limitado a Afganistán, aunque haya resultado el país más afectado: también las hay en Colombia, Myanmar, Somalía y son las que sigue dejando año a año el tendal de miles de absurdas víctimas.
   Al día de hoy, muy pocos países insisten en usar semejante “defensa”, Pero, por ejemplo, Israel sigue practicándola.

LA MUERTE ENTRECASA
Tampoco tendríamos que irnos tan lejos para conocer las cosechas de la muerte. De la muerte prematura, injusta, arbitraria. En Formosa, la etnia qom ha tenido que soportar decenas de asesinados, solo que bajo el rubro de “accidentados”. El accidente como forma de asesinato no es nada nuevo en la historia humana, y en Argentina, el menemato nos permitió conocerlos. Pero los qom están sufriendo este acoso en nuestro tiempo presente.
   Al igual que tantos chicos de “las villas” que o no quieren “trabajar” para algunos patrones o que ya no quieren hacerlo, y que pagan con su vida tal negativa, como pudimos saberlo, hasta judicialmente por el caso de Luciano Arruga. Hoy, contamos los Lucianos Arrugas y ya no nos alcanzan los dedos de las manos…

Luis E. Sabini Fernández
[email protected]


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Revista El Abasto, n° 161, noviembre 2013


 

 

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