En su mes aniversario,
visitamos la nueva sede del Abasto Social
Club, espacio independiente que en su
cumpleaños suma dos nuevas obras
a su cartelera: Niña con cara de
Jirafa y Simpatía. Repasamos casi
una década sobre tablas y el momento
actual de las salas alternativas.
Si al diablo se le diera por vivir en
Almagro, tal vez caería en esta
dirección: Yatay 666. Allí,
tras un portón de hierro opaco,
asoma el pasillo que nos conduce a la
nueva sala del Abasto Social Club. En
sus primeros años estuvo ubicado
en el abastense cruce de Mario Bravo y
Humahuaca. Ahora, más al oeste,
continúa con su nutrida grilla
de estrenos y nuevas voces en la escena
del teatro.
En una pausa entre el ir y venir por los
estrenos que asoman de cerca, nos reciben
Liliana Weimer (con amplia trayectoria
en cine, teatro y televisión de
Argentina y México) y Valeria Casielles
(especializada en la producción
de espectáculos y la gestión
cultural, aparte de ser organizadora del
Ciclo Estrella Federal), las “encargadas,
programadoras, directoras, responsables
del lugar”, como les queramos decir.
Ellas, junto a un grupo de colaboradores
de los más variados oficios, dan
vida a este espacio de arte y encuentro.
Al día de hoy, lo que vemos es
una sala puesta a punto. Sin embargo,
ambas reconocen que hubo que atravesar
mucho camino para llegar a ésto.
Demasiado. La mudanza, si bien fueron
algunas cuadras, tuvo todo lo que tenía
que tener para ser recordada como “terrible”.
“Tuvimos una primera sala que no
nos gustó y de ahí vinimos
acá a Yatay —repasa Valeria—.
De Humahuaca nos fuimos porque no era
habilitable. Reestructurar el lugar era
caro y por eso decidimos mudarnos”.
Un año y medio después de
desembalar el escenario del Abasto Social
Club, sus referentes señalan que
volver a empezar desde la difusión
“no fue complicado”. “El
teatro resurgió solo, había
un público que se movió
y nos siguió”, suman al respecto.
Y lo que encontró, en palabras
de sus hacedoras, es una casa teatral
donde “desde el inicio se buscan
propuestas de jóvenes autores dramaturgos”.
“Nos gusta, aunque suene solemne
dar oportunidad, experimentar con jóvenes,
arriesgarnos a eso, es la idea”,
reflexionan.
¿Cómo está la escena
teatral porteña? “En este
último tiempo hay teatro activo.
Distinto a lo que hacíamos en Humahuaca.
Hay gente que ayuda a los colegas. El
público es complicado. Por un momento
pensamos que el público es gente
que hace teatro que va a ver a colegas.
Después ves que hay otra gente,
que se abrió más el tema
del teatro independiente”.
Lo que no viene con viento
en popa es la relación entre los
teatros independientes y los organismos
estatales de fomento. En esta mudanza
que mencionábamos antes, se desencadenó,
junto al primer espacio fallido, un problema
con final incierto para el Abasto Social
Club: la sala está inhabilitado
para pedir subsidios al Instituto Nacional
de Teatro (INT) debido a una “situación
no prevista en los reglamentos”,
según se argumenta desde el blog
especializado en teatro Montaje Decadente.
Entre las entidades y salas teatrales
que repudiaron el hecho, se encuentra
la Asociación Argentina de Teatro
Independiente (ARTEI), la cual expuso
en un comunicado: “La infracción
imputada al Abasto Social Club, sobre
la línea de subsidio recibida «Adecuación
de Espacio o Teatro independiente para
habilitación» constituye
una situación no prevista en su
reglamentación”.
“Los responsables del espacio, tomaron
conocimiento de la imposibilidad de concluir
el proceso de habilitación municipal
de la sala, en el domicilio para el cual
fuera solicitado, con posterioridad a
la aplicación de una parte de los
fondos otorgados. Dicho impedimento no
pudo ser previsto por los solicitantes
ni por el perito especializado del INT
encargado del informe de viabilidad técnica,
en tanto que, la reglamentación
vigente tampoco prevé la manera
de resolver el problema sin aplicar penalidades,
ni tiene prevista la manera de dar continuidad
al funcionamiento de las salas en caso
de necesaria mudanza a otro espacio habilitable”,
continúa el análisis de
la entidad.
“Los responsables del espacio realizaron
en su momento todas las gestiones que
encontraron pertinentes para poner a las
autoridades del INT en conocimiento del
imponderable como consecuencia del cual
se veían imposibilitados de cumplimentar
con los requisitos de rendición
que la línea pedía (…)
Los responsables lejos de cerrar el espacio
ante la imposibilidad de lograr la habilitación
municipal buscaron y pusieron en funcionamiento
un nuevo espacio (…) y en ningún
momento utilizaron los fondos recibidos
para otro destino que no fuese adecuar
un espacio para su habilitación.
Tal cual queda asentado en las facturas
presentadas frente al INT”, suman
desde ARTEI para concluir: “Consideramos
que la inhabilitación del Abasto
Social Club para recibir los beneficios
del INT ha sido ejecutada de manera injusta”.
“Ninguna institución está
rindiendo como debería”,
reconoce de todos modos. A nivel capitalino,
Proteatro, dependiente del Ministerio
de Cultura de la Ciudad, también
adeuda pagos de subsidios a obras de distintas
salas del circuito independiente (ver
en actores.org.ar “Actores en estado
de alerta por la crítica situación
del Proteatro”, a lo que se le suma
un pedido de informes de los diputados
porteños Gentilli y Form en la
Legislatura). “Más allá
de nuestra situación de la mudanza,
los teatros atraviesan un momento delicado”,
describió sobre el momento actual
de las salas.
Llega la primavera,
llegan los estrenos
Sin embargo, como si se tomara al pie
de la letra el lema “a mal tiempo
buena cara”, desde Abasto Social
Club la repuesta es contundente: seguir
trabajando. Es así que en septiembre
llega a la sala Niña con cara de
jirafa (sábados a las 21), la cual
“es un monólogo basado en
el autor de Alicia en el País de
las Maravillas. Una obra muy femenina,
interesante”, introduce Valeria.
“Hay una niña que llora como
una luciérnaga porque salió
mal en una de las fotografías que
él le sacó, hay otra niña
que bosteza como un hipopótamo
pensando en sus tareas del colegio y hay
otra niña que alarga su cara como
una jirafa cuando se pone triste y él
escribirá historias para todas
ellas”, señala el afiche
de la obra.
Niña con cara de jirafa está
inspirada en el libro Nias, donde se cuenta
la historia de una niña con cara
de jirafa, que está enamorada de
Carroll y a la vez cela a Alicia Liddell,
la musa que inspiró Alicia en el
país de las maravillas y Alicia
del otro lado del espejo.
El texto fue escrito por la dramaturga
y directora Natalia Carmen Casielles,
autora y directora de las obras Sueño
con cebollas (premio Germán Rozenmacher
de nueva dramaturgia). Por este trabajo
ahora en cartel recibió el premio
ARTEI a la Producción del Teatro
Independiente.
“También
estrenamos Simpatía, de Hernán
Morán, que se trata de tres historias
vinculadas”, señala Casielles.
Por parte de su autor, junto al trabajo
de María Urtubey, desde un video
adelanto de la obra la define como “una
comedia liviana sobre gatitos, amor y
muerte”. “Los temas principales
que abordamos fueron: La ausencia y los
procesos del dolor. De estos disparadores
surgieron tres historias encadenadas entre
sí”, apuntan los autores.
“Después de meses de desatención,
Lucia lleva a su gata -lo que más
quiere en este mundo- al veterinario,
sólo para enterarse ahí
que la única salida es sacrificar
al animal (...). Dos hermanos transitan
los primeros meses de la muerte de su
madre (...). Fernando se acaba de mudar
a General Rodríguez tras separarse
de su pareja de varios años”.
Estos son los tres disparadores de la
obra, historias que “conviven en
un mismo espacio” bajo una “escenografía
–austera y neutra– es común
para cada escena”.
Ambas estarán hasta fin de año
para compartir cartelera con Tu Me Tes
(viernes a las 21), El niño con
los pies pintados (viernes a las 23),
Parte de este mundo (domingo a las 17.30)
y la cuarta edición del ciclo de
teatro hecho con bloques de monólogos
Monoblock (domingos a las 20.30 hasta
el 23 de septiembre).
Ya lo han dicho sus referentes, llevar
adelante una sala teatral es un esfuerzo
más que denodado. Así las
cosas, a la hora señalada, el día
pautado, vemos que en ese espacio de Almagro
sube el telón frente a la atenta
mirada de los espectadores. Y lo seguirá
haciendo, tal como vemos en la cartelera
de septiembre.
Juan Manuel Castro
[email protected]
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