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11 de septiembre: golpe a la democracia

“Tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza”

“Allende” de Mario Benedetti


El 11 de septiembre de 1973 el gobierno democráticamente electo de Chile, presidido por Salvador Allende, sufrió un golpe militar que logró subvertir el orden democrático. Detrás estuvieron los grandes capitales, los servicios secretos de los EE.UU. y gran parte de las fuerzas armadas de ese país.
     El 11 de septiembre de 1973 Chile sufrió un golpe de estado violento que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende Gossens quien había sido electo con gran cantidad de votos. Chile venía sufriendo, como sus países vecinos, un período de alta polarización política y convulsión social. El golpe lo planificaron las altas cúpulas militares y carabineros (policía uniformada). Pronto fue dirigido por el general de ejército Augusto Pinochet Ugarte. Pero no hay que descartar la influencia y apoyo de varios grupos de poderes nacionales e internacionales. El respaldo de la CIA, a través de su Plan Cóndor para toda la parte sur del continente, está demostrado. Hay nombres e incluso no queda libre de sospecha el entonces embajador estadounidense Nathaniel Davis quien en su currículo cuenta con presencia en “Guatemala durante en el período en que asesores diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista y el Consejo Anticomunista de Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos [Agencia FIN].”
     Salvador Allende había sido electo el 4 de septiembre de 1970 con un 36,3% de los votos con una propuesta de democracia social, siguiendo un curso muy similar al estado sueco.
     Esta nueva vía al socialismo, por medios pacíficos y democráticos, tuvo inicialmente el visto bueno de gran parte de la Democracia Cristiana, que también tuvo parte en procesos de cambio históricos como una reforma agraria. El apoyo inicial se reflejó inmediatamente obteniendo un 49% de los votos en la elección municipal de 1971. Sin embargo, los bloqueos económicos hicieron que la situación económica se complique. Se desató una inflación que fue tristemente acelerada con la impresión de más dinero sin respaldo. Mientras las guerrillas de izquierda estaba bastante aplacadas y expectantes al nuevo gobierno democrático, grupos de derecha intentaron por diferentes medios terminar con el gobierno, algunos de ellos apoyados o financiados por la CIA. Pero los métodos democráticos para sacar a Allende fracasaron.
     Finalmente los militares golpistas pusieron día para su planificado golpe de estado y Pinochet, que hasta el momento parecía “apolítico” e indeciso, tomó partido.
     El 11 de septiembre la mañana el presidente Allende llega al Palacio de la Moneda en su Fiat 125, y sus guardaespaldas llegan a los veinte minutos. Cuando Allende se entera de que Valparaíso ha sido tomado carga su fusil Kalashnikov que le había obsequiado Fidel Castro.
    Allende emitirá varios comunicados, en el primero comenta que la sublevación es de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las armas, sino que pide prudencia.
      Su último mensaje, cuando ya le están bombardeando el Palacio de la Moneda, va por Radio Magallanes. Termina diciendo: “¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”
Los militares golpista piden que se rinda y él ordena: “¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré al último.” La historia oficial sostiene que ahí se disparó. Un testimonio sostiene que gritó “¡Allende no se rinde, milicos de mierda!” y con su fusil se ametralló en la barbilla muriendo al instante.
    Por otro lado, anteayer, la diputada e hija, Isabel Allende Bussi, descartó la posibilidad de que su padre haya muerto de una forma distinta. De acuerdo con el profesional forense, “las lesiones descritas en el informe de autopsia del presidente Salvador Allende Gossens no son compatibles con un disparo de tipo suicida”.

¿Será casualidad que la misma fecha, 28 años después, se eligió para otro acto aberrante, esta vez en el epicentro de la economía mundial? Como fuere, este último justificó al gobierno estadounidense de George Bush junior hacer estragos y apropiarse de petróleo ajeno justificandose en su "lucha contra el terrorismo". Como si fuera poco, esa fecha pretende opacar aquel golpe a la democracia chilena al que hacemos mención en la nota. Pero el sur no olvida.

U.K.

Buenos Aires, 11 de septiembre de 2008

 
 

 

 

 

 

 

 

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